jueves, 29 de septiembre de 2011

Guía de turismo de Liverpool

¿Te apatece viajar a una isla? No tiene nada que ver con una isla desierta, sino todo lo contrario, es la tercera más poblada del mundo. Nos referimos a Gran Bretaña, la más grande del archipiélago de las Islas Británicas.
En concreto, el avión que te invitamos a coger aterriza en un aeropuerto con nombre de Beatle. El John Lennon Internacional Airport no puede pertenecer a otra ciudad que a Liverpool, lugar de nacimiento de este exitoso músico y compositor.

Varias compañías low cost viajan a Liverpool, así que encontrar un vuelo barato será tarea fácil. La archiconocida banda inglesa de “escarabajos” y el equipo de fútbol de la ciudad han sido dos factores clave que la han catapultado a la cima, y la han hecho ocupar los primeros puestos en cuanto a destinos turísticos preferidos. En 2008, además, consiguió la Capitalidad Europea de la Cultura, un año clave para su renacimiento.

Y aunque no salimos de la Unión Europea, parece que los euros no llegan a las islas, así que cámbialos por libras antes de viajar. Te aconsejo que lo hagas en España porque una vez allí, el cambio de moneda puede salirte más caro.

Haz las maletas y echa ropa de abrigo porque esta guía de tres días pone rumbo a la verde Inglaterra.

Día 1: Across the universe

Una vez en el aeropuerto, la línea de autobuses Airlink será la que te recoja para llevarte al centro de la ciudad por dos libras.

En cuanto al dónde alojarte, la mejor zona para buscar el hotel es la zona centro, en los alrededores de la estación de ferrocarriles de Lime Street. Allí puedes encontrar alojamiento por precios que rondan los 40€ por noche. Cuando busques el hotel, ten en cuenta que las tarifas son algo más caras que en España. Inglaterra no se caracteriza por ser un país especialmente barato.


St. George Hall
El primer día lo dedicaremos a conocer la parte este. Nuestra ruta comienza en la Lime Street, una de las principales arterias de la ciudad. Justo detrás de la estación que da nombre a la calle, encontrarás uno de los edificios neoclásicos más representativos del país según el mismísimo Príncipe Carlos de Inglaterra: el St George´s Hall. Lo reconocerás rápidamente porque su estructura evoca a los antiguos templos griegos.


Catedral católica
Sin abandonar esta calle, a 15 minutos andando y bordeando la avenida Brownlow Hill, encontrarás una de las catedrales de Liverpool, la Metropolitan Catholic Cathedral. Es una infraestructura circular con una arquitectura moderna y llamativa que recuerda a un templo Maya, sobre todo por las escaleras que ascienden hacia el edificio.  En esta ciudad hay sitio para todos, por eso hay dos catedrales (la católica y la anglicana) y supongo que ese también será el motivo de que haya dos equipos de fútbol (el Everton y el Liverpool), de los que hablaremos más tarde.





Catedral anglicana

La Catedral anglicana se ubica a 10 minutos caminando, atravesando la Rodney Street. Reúne varios récords: el ser la catedral más grande del Reino Unido (y la quinta a nivel mundial), el de tener el campanario más alto del mundo, además con las campanas más pesadas y los arcos góticos más altos y anchos. No tiene nada que ver con la católica; ésta tiene más aspecto de edificio de culto y se parece más a la idea que los españoles tenemos de una Iglesia.

Si te gusta la comida china, te propongo el barrio de Chinatown para almorzar. Está a cinco minutos de la Catedral. Un gran arco de 15 metros de altura (el más grande fuera de China) te dará la bienvenida a esta zona.

Numerosas cadenas internacionales de moda y hostelería se encuentran en la los dos centros comerciales más transitados de la ciudad, el Liverpool One y el Metquarter. Así que si te apetece echar una tarde de tiendas no conozco mejor sitio que en la Lord Street, en el corazón de Liverpool.

No olvides que el horario inglés de las comidas no tiene nada que ver con el español. Por eso, intenta adelantar tu reloj biológico un par de horas para que no te encuentres los bares y los restaurantes medio cerrados. En los mismos centros comerciales podrás encontrar muchos lugares donde probar comida internacional (ya que la autóctona no es que sea muy recomendable).

Día 2: Good day sunshine

Albert Dock
El segundo día lo dedicaremos a la parte más cultural del viaje. El barrio del puerto (Albert Dock) recoge años de historia en los que Liverpool era punto de partida para las expediciones al Nuevo Mundo. En la actualidad, la vida más underground se ha abierto paso y los museos, las galerías de arte y los cafés acampan a sus anchas por la zona. En 2004, su paseo marítimo fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

Para dirigirnos a nuestra primera parada usaremos el autobús. Suponiendo que nuestro hotel esté en los alrededores de la estación de trenes de Lime Street, cogeremos la línea 136 o la 500. De todas maneras, puedes consultar todas las líneas y descargarte el mapa de la ciudad aquí.


En esta zona de la ciudad hay bastantes museos: el de Vida Cotidiana, el Marítimo, el de los Beatles y la Tate. Como no cuentas con mucho tiempo, mi consejo es que te quedes con estos dos últimos; además, ambos están ubicados en el Albert Dock. El primero te dará a conocer los orígenes de la banda, la marca distintiva de la ciudad, muy recomendable para mitómanos. Además, recientemente ha ampliado su colección con el piano de Jonh Lennon con el que interpretó algunas de sus canciones más famosas, como “Imagine”.

La Tate acoge la Colección Nacional de Arte Moderno y es considerado como la galería de arte moderno y contemporáneo más importante del país, después de Londres. El museo tiene salas de acceso gratuito y salas de pago; recorrerte el museo entero te puede salir por unas 15 libras. Mi recomendación es que las entradas las compres allí, aunque si tienes interés en ver alguna exposición en concreto, puedes comprar la entrada en la página web del museo (Tate, Beatles).

Entre museo y museo, una paradita para comer. La comida internacional está muy presente en Liverpool. La verdad es que los platos típicos de allí no es que lo recomendara a un español, que somos de buen comer. Para degustar comida británica de calidad, tienes que ir a restaurantes de más caché. Dicho esto te propongo varios sitios donde saciar tu apetito: Basto Pierre (francés), Deli Fonseca (europea), Salt House Tapas (europea), Christakis Greek Taverna (griega); todos ellos ofrecen una buena combinación calidad-precio y están ubicados en los ardedores de los museos.

The Cavern Club


Por la noche, otra dosis de rock inglés de la mano del barrio de Cavern, donde encontrarás la calle donde supuestamente comenzó la leyenda beatleriana. Si hay algo que tienes que hacer cuando visitas Liverpool es tomarte una pinta en la taberna subterránea de la calle Mathew St., The Cavern. Lo cierto es que allí dieron casi 300 conciertos, así que el pub como lugar de peregrinaje está más que justificado. Es bastante particular, con techos abovedados de ladrillo, poca luz y un escenario con música en directo. Un ambiente idóneo para pasar la noche del sábado.

Día 3: The end

La compañía de ferrys Mersey oferta paseos de 50 minutos por la bahía de la ciudad. El ticket (6,70 libras/adulto) lo puedes comprar por Internet para ahorrarte las colas en la página web de la propia empresa. Un viaje totalmente recomendable para obtener unas magníficas instantáneas de la costa y para conocer algunas curiosidades de la actividad portuaria de la ciudad.

Como dije antes, la comida inglesa, a veces deja mucho que desear; pero algunos restaurantes pueden sorprender. El Alma de Cuba, es uno de ellos. Situado en la antigua iglesia de St Peter’s Catholic Church de la calle Seel St, ofrece varios menús dignos de probar. El precio por persona ronda las 29 libras, pero merece la pena pagarlas, tanto por la atmósfera del lugar como por la calidad de los platos.

Estadio de Anfield
Por último, para poner la guinda a estos tres intensos días, te propongo que visites el mítico estadio de fútbol de Anfield. Liverpool es una ciudad con mucha tradición futbolera. De hecho, allí intentan convivir pacíficamente dos de los equipos más importantes de la liga inglesa: El Everton y el Liverpool F.C. El estado que te invito a visitar es el del Liverpool F.C, muy céntrico.  Asistir a uno de sus partidos es un verdadero espectáculo, por la pasional afición que tiene. Si en las fechas que estás en la ciudad coincide que hay un partido entre los dos equipos autóctonos, comprobarás de primera mano como una ciudad se tiñe de rojo y azul.

No hay mejor manera de despedirse de esta ciudad que con el himno del Liverpool que luce en su estadio: “…walk on, walk on, with hope in your heart and you´ll never walk alone” (camina, camina con esperanza en tu corazón y nunca caminarás solo).


Enlace de interés

martes, 13 de septiembre de 2011

Guía de Turismo de Lisboa

Vista aérea de Lisboa
Esta vez no nos vamos muy lejos. El país vecino será nuestro destino, y no nos referimos a Francia, sino al que tenemos más olvidado. Muchas veces no nos damos cuenta de que tenemos un país tan cerca sin explorar. Por eso queremos que hagas la maleta porque nos vamos a Portugal, concretamente, a la capital de los tranvías amarillos.

Además de la oferta cultural con la que cuenta Lisboa, se trata de un destino turístico apto para todo los bolsillos. Con nuestra guía de tres días te dará tiempo a recorrerte la capital e incluso te sobrará para ver algunos parajes cercanos dignos de fotografiar, de esos de los que todo el mundo se lleva una postal.

Las tarjetas de ciudad ya son bien conocidas en nuestras guías, y es que son muy prácticas por los descuentos en transportes y en las visitas a lugares de interés que ofrecen. En este caso la Lisboa Card será la que te ahorrará unos euros en tus desplazamientos (autobuses, funiculares, tranvías y metro) y en las entradas a 26 museos y edificios históricos. Te aconsejo que solo te compres si tienes pensado viajar a lugares cercanos como Sintra o Cascais, ya que el viaje a ambos puntos es gratis si la tienes. Si no, a lo mejor los 28,70€ que vale (para dos días) quizá no los amortices.

Los barrios más importantes y característicos de Lisboa son el Barrio Alto La Baixa, El Chiado, La Alfama y Belem. En la zona más nueva encontrarás la Plaza del Marqués de Pombal y la zona del Parque de las Naciones, construidas para la Expo de 1998. Te doy tres días para verlos todos.

Día 1: Baixa va de plazas

El aeropuerto de Lisboa está a solo siete kilómetros del centro de la ciudad. Para llegar, tendrás que coger el autobús, que pasa con una frecuencia media de 20 minutos. El precio del billete es de 1.40€.

Como siempre, a la hora de decidir dónde alojarnos nos guiaremos principalmente por la ubicación del hotel, a ser posible en un barrio céntrico para evitar tener que estar constantemente caminando o cogiendo el transporte público, como el barrio alto, la baixa o el de Alfama y Castillo. En una de mis visitas me hospedé en el Lisbon Calling, un hostal con una situación excepcional y muy bien cuidado, perfecto si viajáis en grupo. Pero si busquéis algo más de caché a muy buen precio mi consejo es que os quedéis en el Living Lounge Hostel.


Plaza de los Restauradores
Una vez en el hotel, comenzaremos la ruta del día 1. Algo light para que reserves fuerzas para el día siguiente. Te propongo un tour por algunas de las plazas más importantes de Lisboa, todas ellas ubicadas en el barrio de la Baixa, el más céntrico y turístico de la ciudad. La triada que forma la Plaza de los Restauradores, la del Marqués de Pombal y la Plaza del Rossio serán las primeras que visitemos. En la primera encontrarás un gran obelisco reina en la plaza que conmemora la independencia de Portugal del dominio español en 1640. Los edificios que la rodean tampoco tienen desperdicio. El que más me llamó la atención fue el hotel Vip Eden, ubicado donde antiguamente se situaba el Eden Cinema. La fachada restaurada es majestuosa; muy bonita de ver por fuera, pero si hablamos de pasar una noche en una de sus habitaciones, solo unos pocos privilegiados se lo podrán permitir.



Plaza del Marqués de Pombal
 De la Plaza de los Restauradores parte la avenida más importante de Lisboa, La avenida da Liberdade. Es la puerta a la zona más nueva de la ciudad y se dice que está inspirada en los famosos Campos Elíseos parisinos (aunque con un estilo menos lujoso). Grandes marcas de moda y firmas internacionales están presentes en la avenida. La plaza del Marqués de Pombal pone fin a esta zona comercial de alto standing. Un obelisco erigido en el centro de la plaza representa al citado marqués, uno de las figuras políticas más déspotas y e influyentes en la historia de Portugal. Para visitar el monumento existen varios pasos subterráneos que te librarán de una muerte segura por atropello y desde los que podrás acceder al parque de Eduardo VII, el más extenso de Lisboa (25 hectáreas). Te recomiendo que pasees por sus jardines, desde donde podrás disfrutar de unas magníficas vistas en las que el río marca el horizonte.


Plaza del Rossio
Desde la plaza del Marqués de Pombal coge el tranvía o el metro (línea verde), que te llevará hasta la Plaza del Rossio. Representa el centro neurálgico de la ciudad y por lo tanto es una zona ideal para deleitarse con un menú portugués. Algunos de los edificios emblemáticos allí situados son el Teatro Nacional Doña María construido a finales del siglo XIX y la fachada del café más famoso de la capital portuguesa, el Café Nicola. Cobran el café casi a precio de oro pero merece la pena tomarse aunque sea solo uno.


Plaza del Comercio
Por último, si desciendes por la calle Augusta te encontrarás con la plaza más relevante de la capital, la Plaza del Comercio, donde daremos por terminada nuestra primera jornada. Es conocida tradicionalmente como la “puerta a Lisboa”. En esta plaza hay dos puntos de especial interés: el arco triufal de Rua Augusta y la estatua ecuestre de José I. Cerca de la plaza, en la orilla del río, está la estación fluvial Cais de Sodré, de donde parten las excursiones por el Tajo.

Las ocho de la tarde es la mejor hora para cenar ya que algunos restaurantes cierran bastante pronto si los comparamos con los españoles. Algunas opciones son el restaurante Buenos Aires, Velho Macedo o el  Floresta das Escadinhas… todos ellos recomendables para probar la comida más tradicional a un precio asequible.

Día 2: Alfama, que no Alhambra

Por la mañana recorreremos el tradicional barrio de Alfama, el más antiguo de Lisboa, hogar de pescadores de callejuelas estrechas que resume la parte más auténtica del espíritu lisbonés. Carga poco tu mochila porque las calles empinadas protagonizan la estampa de la zona. De todas maneras, miradores como el de Santa Lucía, servirán a la vez de lugar de descanso y de balcón a la ciudad. Pero si las cuestas no son lo tuyo, siempre te quedará la opción de coger el tranvía 28, que te dejará en la parte alta.

Castillo de San Jorge
Los dos principales puntos de interés de este barrio son: el Castillo de San Jorge y la Catedral.  Desde hace casi ocho siglos, el Castillo de San Jorge reina la ciudad. Desde la colina sobra la que se levanta se pueden disfrutar de las mejores vistas de Lisboa. Aparte de no perderte las vistas, te recomiendo que tampoco dejes de pasear por sus jardines, recorrer las murallas e incluso visitar algunas de las exposiciones que se muestran en su interior. Si tienes la Lisboa Card, tendrás un descuento del 30% en la entrada, si no, la tarifa general es de 5€.


Catedral de Sé
La siguiente parada será la Catedral de Sé, una de las más antiguas de Europa, con nuevos siglos a las espaldas, por lo que están presentes varios estilos arquitectónicos. La entrada es gratuita.

Para comer, volveremos al centro, a la zona de la Baixa; allí la oferta de restaurantes es mucho mayor. En general, la comida más típica se puede comparar con los potajes españoles. Sin embargo, una de las delicicias que no defraudará a nadie será la cataplana de mariscos, una caldereta de mariscos cocinas a la cazuela.


Elevador de Santa Justa
Reservaremos la tarde de la segunda jornada para visitar el Barrio Alto y Chiado, la zona más bohemia y alternativa de la capital portuguesa, también conocido como el Montmatre de Lisboa, el barrio más pintoresco e intelectual de París. Es la mejor zona para escuchar la melodía más tradicional, el fado. Para llegar, mi consejo es que cojáis el tranvía 28 o el elevador de Santa Justa, medio de transporte tradicional a la par que atracción turística. De 45 metros de altura, su estructura puede recordar a la parisina Torre Eiffel. Como verás, los vecinos portugueses tomaron muchas ideas de la capital francesa. Desde el Mirador de Sao Pedro de Alcántara podrás contemplar espléndidas vistas de la zona baja de la ciudad, el Tajo y la colina del Castillo de San Jorge.

No os podéis ir de este barrio sin entrar a una de sus cafeterías. Mi recomendación: el café A Brasileira, una auténtica institución en el sector de cafés literarios y antiguo punto de encuentro de tertulianos, poetas y escritores. En su interior conserva la decoración original de 1900. Te recomiendo que pidas los famosos pasteles de Belém, riquísimos.

Este barrio también acoge infinidad de bares y restaurantes con cierto toque moderno en los que podrás seguir degustando los platos autóctonos.

La noche llega cuando el sol se esconde detrás del Tajo. Es entonces cuando la Lisboa más espontánea despierta para ofrecernos la cara B de la ciudad, con “f” de fiesta. Lo más característico de la noche lisbonense en Barrio Alto es que al ser los bares tan pequeños, la gente acaba saliéndose a las callejuelas a beber. Si preferís un ambiente más discotequero os propongo que vayáis por la zona de Docas. Otras también conocidas son la Lux, la Plateaux y la Kapital.


Día 3: A Belém pastores

Cientos de embarcaciones han partido de este barrio en busca de tierras por conquistar. El tranvía 15 es la forma más rápida de llegar pero hay otra opción mucho más interesante: en barco (lo puedes coger en la estación fluvial Cais Do Sodré).

En esta zona se encuentra el Museo del Carruaje, al que podrás entrar gratis si tienes la tarjeta Lisbon Card. La entrada a otros lugares de interés como el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém será gratuita presentando esta tarjeta, si no, el precio del bono de ambos monumentos será de 8€.


Torre de Belém
La primera joya que te aconsejo que visites es la Torre de Belém, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en los años 80. La torre se sitúa en la desembocadura del río Tajo e inicialmente sirvió para la defensa de la ciudad y con el paso del tiempo se convirtió en centro aduanero y faro. 

Monasterio de los Jerónimos

A pocos minutos caminando, encontrarás el Monasterio de los Jerónimos, también declarado Patrimonio de la Humanidad en el mismo año. Una imponente construcción del siglo XVI que refleja una de las épocas de esplendor de la capital portuguesa. Visita obligada.

Terminamos la visita a este barrio con el Monumento a los Descubrimientos, una obra de 52 metros de altura levantada en los años 60 para conmemorar el quinientos aniversario de uno de los más reconocidos descubridores de Portugal, el infante Henrique el Navegante, descubridor de Madeira, Las Azores y Cabo Verde. Subir a la parte de arriba del monumento te costará unos 2€ aproximadamente; a cambio podrás divisar el barrio de Belém con todo lujo de detalle.


Puente Vasco de Gama
Nos despediremos de esta ciudad haciendo una última parada en el barrio más nuevo, levantado con motivo de la Expo del 98: el Parque de las Naciones. Destaco el Oceanario (el segundo acuario más grande de Europa), la torre Vasco de Gama (inmejorable mirador) y el puente más largo de Europa con 18 km. de longitud, el Vasco de Gama.

En este barrio podrás encontrar un toque español, ya que el arquitecto Santiago Calatrava construyó la moderna Estación de Oriente allí presente.

Si os queda tiempo, una buena opción para tomar una última panorámica es montarse en el teleférico que sobrevuela el barrio, todo un lujo.

Y con estos últimos apuntes damos por terminada esta “triguía”. Esperamos que a partir de ahora mires hacia Portugal de otra forma.


Enlaces de interés:

Página oficial de turismo de Lisboa
Mapa de medios de transporte
Mapa de Lisboa
Lisboa Card