miércoles, 19 de octubre de 2011

Guía de turismo de Estocolmo

¿Es posible viajar a una ciudad edificada sobre catorce islas? Pues sí, pero solo será posible si la mano del hombre interviene y construye 57 puentes que las conectan, ya que más de la tercera parte de la ciudad es agua. Hablamos de Estocolmo, la capital de Suecia.

Es conocido por todos que no se trata de un país especialmente barato, si no todo lo contrario. Por eso en esta ocasión es recomendable que te compres la Stockholm Card para ahorrarte un buen pico en todas las actividades de ocio y culturales y en el transporte público. Como esta guía es de tres días, te sugiero que elijas la tarjeta de los tres días, aunque también las hay de uno y de dos. Su precio es de 72 euros y entre otros descuentos incluye entrada gratuita a museos, viajes ilimitados en el transporte público local, guía gratuita de la ciudad y dependiendo de la época en la que viajes, también puedes disfrutar de paseos en barco por el Mar Báltico que la bordea y en bici. Si quieres comprarla online pincha aquí.

Estocolmo tiene varios aeropuertos, el más importante es el de Arlanda; pero si vuelas desde España, lo más seguro es que aterrices en Skavsta o Vasteras, que es donde llegan los vuelos low cost.

Un consejo para cuando estés haciendo la maleta: echa zapatillas bien protegidas y ropa de abrigo porque es una de las ciudades donde más frío he pasado. Eso sí, todos los locales están bien acondicionados, de forma que siempre te dan ganas de entrar a tomarte algo caliente para resguardarte del frío polar de la calle. Aquí comienza la guía práctica de la “Venecia del norte”.

Día 1: Isla 1, Stadsholmen

Una vez que aterrices en Estocolmo, la mejor forma de llegar al centro de la ciudad es cogiendo un autobús que cubre la línea del aeropuerto. La empresa que los lleva es Flygbussarna y trabaja en todos los aeropuerto de la capital. Si eres de los que prefieren tenerlo todo atado antes de viajar, te recomiendo que compres los billetes online en la web.

Calle de Gamla Stan
En cuanto al alojamiento, creo que lo más práctico es buscarlo por la zona de Gamla Stan, que es por donde más nos moveremos en estos tres días. Como siempre, todo queda a elección vuestra en función de vuestro presupuesto.

Tanto la línea roja como la verde del metro te llevará al barrio de Gamla Stan levantado sobre la isla de Stadsholmen. Típica imagen de postal en todas las tiendas de souvenirs de Estocolmo. Se trata de la parte más antigua, un distrito medieval que acoge los edificios con más historia de la ciudad, conectados por callejuelas estrechas y empedradas con gran encanto. Hay que destacar que el metro es uno de los más originales que he visto nunca; da gusto pagar un poco más si a cambio te amenizan la espera o las caminatas por sus pasillas con obras de arte.

Aquí podrás visitar el Palacio Real  Kungliga Slottet, el palacio que todavía se encuentran bajo uso del Estado más grande del mundo. Ya tiene que ser grande para albergar 608 habitaciones. Aquí también tiene lugar la famosa costumbre londinense del cambio de guardia. En principio, la ceremonia se celebra los miércoles a medio día y los domingos y los festivos a las 13,15.
Palacio Real

Junto al lado del palacio se sitúa la Catedral Storkyrkan, la más antigua de la capital. Lo cierto es que sus dimensiones no son tan espectaculares como otros monumentos religiosos que estamos acostumbrados a ver en nuestros viajes, pero merece la pena verla aunque sea solo por fuera. También se puedes visitar su torre para contemplar unas bonitas vistas de la ciudad.

Para comer no nos iremos muy lejos. Bajando por una de las calles principales de la isla, Österlanggatan, encontrarás varios restaurantes de comida típica sueca. Algunas opciones con buenas críticas de los turistas que los han visitado son Fem Sma Hus o el Kryp In, ambos, lugares donde probar el famoso plato autóctono de crema, ternera y guisantes conocido como Wallenbergare. Después de comer no dejes de visitar algunas de sus cafeterías para entrar en calor con los ricos chocolates calientes que preparan. Las más cercanas a donde te encuentras, bajando por la calle Slottsbackken, son Kaffekkopen y Chokladkoppen.

Después del descanso para reponer fuerzas te propongo una visita a uno de los museos más fascinantes que he visitado: el Museo Nobel, donde se concentran las personas laureadas con este prestigioso premio y podrás ser testigo de un siglo de progresos científicos (C/ Stortotget). La entrada es gratuita para los menores de 18 años; los adultos que no tengan la tarjeta de Estocolmo tendrán que pagar 7,80 euros.

Para cenar quédate por la zona y elige entre uno de las decenas de restaurantes que hay en Gamla Stan. La comida vegetariana es muy típica de allí también, así que puedes probar a cambiarte a lo verde por una noche y comer en uno de ellos.


Día 2: Isla 2, Djurgården

Hoy cambiamos de isla y nos vamos a Djurgarden. Es más grande que la de Stadsholmen, tanto que acoge varios museos, un zoo e incluso un parque de atracciones. Para llegar tendrás que coger un ferry que cuesta unos 4,50 euros. Si te mareas no te preocupes porque el recorrido solo dura unos 10 minutos.

Museo Vasa
Empezaremos con la parte más cultural, una visita al curioso Museo Vasa, el más visitado de toda Escandinavia. Está construido cerca del barco Vasa, el único navío del mundo del siglo XVI que aún se conserva. Es una visita obligada si quieres enterarte de la fascinante historia de su naufragio en 1628 y de su rescate del fondo del lago Mälaren en 1961. La entrada cuesta 12 euros.

Continuamos la ruta bajando por la calle Djurgardsvägen hasta el Museo Skansen, curioso porque está ubicado al aire libre que reproduce cómo era la vida en las ciudades y en los pueblos desde el siglo XVI. Alrededor de 160 construcciones componen este particular museo que se extiende por una amplia zona salpicada con cabañas, granjas, molinos y tiendas antiguas. El zoológico también está ubicado en estos terrenos. Con la Stockholm Card, la entrada te saldrá gratis; si no la tienes, te costará unos 13 euros.

Para comer tendrás que cruzar el charco de nuevo, hasta el barrio de Södermalm, el más animado de la capital. Antes de coger la línea verde del metro para que te lleve hasta el corazón de esta zona (Medborgar Platsen), te propongo una parada en el mirador de Fjällgatan, ubicado en lo alto de un acantilado y desde donde tendrás a vista de pájaro las dos islas que ya has visitado (Gamla Stan y Djurgarden). Además, es cuna de los artistas autóctonos y de los diseñadores. Puedes aprovechar para comer en Hermans, un restaurante de comida vegetariana que está muy bien de precio. También puedes probar el clásico `brunch´, un aperitivo entre el desayuno y el almuerzo, que se toma en esa hora en la que te apetece abrir la nevera y arrasar. Un buen lugar donde comerlo es en la cafetería más mítica de la capital sueca: Fåfängan, desde donde además podrás disfrutar de unas estupendas vistas de la ciudad.

Ascensor de Katarimahissen
Finalmente, de camino a la estación de metro, detente un momento en el ascensor de Katarinahissen, de 38 metros de altura y construido en el siglo XIX. Subir para admirar las espectaculares vistas solo te costará un euro.

Después de este `break´, dirígete al corazón de Södermalm. Los pequeños negocios de barrio, los locales de moda, las tiendas de segunda mano las galerías de arte y las cafeterías le dan una atmósfera bohemia que invita a pasear por sus calles. Déjate llevar por todos los establecimientos y contágiate de la magia del espíritu sueco.

Si eres fan de la triología de Stiegg Larson, puedes visitar algunos de los escenarios por donde pasaron los protagonistas Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander. La mayoría de ellos se ubican en la zona norte de este barrio. Las calles más importantes mencionadas en la historia son Hornsgatan, Bellmansgatan, Mosebacke, Götgatan y Slussen. Si eres un apasionado de estos libros, te interesará saber que la oficina de turismo organiza rutas de 90 minutos para recorrer todos y cada uno de los lugares más destacados de la triología. Para más información, visita la página web oficial.

Cuando caiga la noche volveremos a la zona este de la isla, al barrio del Sofo. Ahí encontrarás restaurantes fácilmente. Algunas recomendaciones son Nytorget Urban Deli y Kvarnen (comida sueca) y Koh Phangan (comida asiática).

Tras un largo día, saca algo de energía para vivir la fiesta de Estocolmo sin salir del Sofo. Para que nos entendamos, es comparable al Soho de Londres o París; ambiente bohemio y chic con música en directo. Si prefieres algo más discotequero tendrás que cambiar de barrio y dirigirte a Stureplan. Allí, algunos de los pubs más conocidos son Café Opera, Riche, StureCompagniet y White Room.



Día 3: En tierra firme, más o menos

Ayuntamiento
La última jornada la dedicaremos a la parte más norte de la ciudad. La mañana la puedes aprovechar para dar un paseo en barco. Hay muchas empresas que se dedican a eso, así que es cuestión de elegir según tus gustos. “Under Stockholms Broar” (Bajo los puentes de Estocolmo), Djurgården Runt (Visita por el canal real), Kungsholmen runt (Visita histórica de los canales) y el temprano Buenos días Estocolmo están concentrados en el centro de Estocolmo y duran entre 50 minutos y dos horas y media. Antes de decidirte por alguno consulta si ofertan el español en sus tours. Los precios rondan entre los 20 y los 45 euros.

Para comer ve a la zona de Norrmalm y visita el restaurante Operakallarens bakficka, un lugar donde despedirse de la comida típica sueca por un precio bastante económico.

Qué mejor forma de decir adios a una ciudad que visitando el principal museo de arte y diseño de Suecia: el National Museum. Si no te parece bien el plan, también puedes ir a ver el famoso Ayuntamiento de la capital, compuesto por ocho millones de ladrillos. Su famosa torre de 106 metros de altura se puede visitar por 8 euros.

Espero que hayas disfrutado del viaje. Yo volví enamorada de la ciudad, por algo lo llamarán el síndrome de Estocolmo.




Enlaces de interés


Turismo oficial de Estocolmo
Metro
Tarjeta Stockholm Card
Guía ruta Milenium
Paseos en barco
Billetes autobús aeropuerto
Mapa de Estocolmo 1
Mapa de Estocolmo 2

viernes, 14 de octubre de 2011

Guía de turismo de Londres


La guía de viajes llega a Inglaterra, es el turno de Londres. Te doy tres días para descubrir los puntos más interesantes de esta ciudad; y aunque bien es cierto que es poco tiempo, es el suficiente para hacerte una idea de lo espectacular de esta urbe cosmopolita.

Para conocer esta inmensa ciudad en condiciones, necesitarías pasar al menos una semana recorriendo sus calles. El gran tamaño de Londres junto con la gran oferta cultural, de ocio y de servicios que existe hace tarea difícil el condensarlo todo en un fin de semana. Por suerte, el metro será tu mayor aliado, y te permitirá moverte mucho más rápido de una punta a otra de la ciudad. Siempre puntual, como los ingleses, y decenas de líneas que conectan cientos de lugares. Además, el metro londinense es uno de los símbolos de la capital; las palabras `underground´ y `mind the gap´ (cuidado con el espacio entre el tren y la plataforma) aparecen impresos en millones de souvenirs de todas las tiendas.

Te recomiendo que te hagas con un bono de transporte nada más llegar. La opción más económica es comprarte un bono diario que cuesta 6,30 libras y la puedes conseguir en cualquier estación de metro.

La capital inglesa de ha convertido en los últimos años en uno de los destinos preferidos por los españoles, sobre todo desde que las compañías low cost ampliaran las conexiones desde diferentes puntos de la península, por eso, en muchas ocasiones, pasear con algunos de sus enclaves turísticos será como estar en la madrileña Puerta del Sol.

Con seis aeropuertos donde elegir, no tienes excusa para no volar a Londres. Las aerolíneas que oferten los vuelos más baratos lo más seguro es que aterricen en Stansted o Gatwick, pero lo mejor es que lo compruebes tú mismo en un comparador de precios. La compañía de transportes por excelencia en Inglaterra es la de National Express, tiene trenes y autobuses que van a todos los aeropuertos y los billetes se pueden comprar en su página web.

Despídete de la soleada España y de los euros y coge el paraguas y las libras porque aquí comienza la guía práctica de la lluviosa Londres.

Día 1: La línea verde

Londres tiene una basta oferta de alojamientos para poder atender a todo el turismo que cada año visita la ciudad. Mi consejo es que reserves el hotel con antelación y por Internet, para que puedas encontrar las mejores tarifas. Las veces que yo he estado me he alojado por la zona de Victoria Station y la recomiendo, puesto que está cerca de una de las estaciones de transporte más importantes y a pocos minutos de uno de los puntos más turísticos de la ciudad como es el Buckingham Palace. De todas maneras, cualquier barrio que tenga buenas conexiones puede ser bueno para hospedarse, siempre y cuando tampoco esté muy retirado del centro. Podrás encontrar un hotel por unos 50€/noche.

Siempre lleva el plano del metro y el de la ciudad encima para ahorrarte muchos quebraderos de cabeza. Ten en cuenta también que hay tantas cosas que ver, que es muy complicado que quede tiempo para entrar a museos tan famosos como la Tate, la National Gallery o el Madame Touseau. De todas formas, si tienes especial interés en visitar alguno de ellos, puedes adaptar esta guía a tus preferencias.

Palacio de Buckingham
Comenzamos nuestra ruta turística con dirección al Palacio de Buckingham, la residencia oficial de la Reina Isabel II. Es muy difícil que tu viaje a Londres coincida con el período que el palacio está abierto a los turistas, ya que solo abre ocho semanas al año (agosto y septiembre). Lo que sí es curioso de ver es el conocido “cambio de guardia”, una ceremonia en la que se relevan los guardias de seguridad del palacio.

De mayo a julio se celebra todos los días a las 11.30 de la mañana (a no ser que el mal tiempo lo impida) y el resto del año cada dos días, también a expensas de que llueva. Para consultar con más exactitud si las fechas en las que viajas coinciden con este desfile puedes visitar esta web. Aviso que aun siendo un evento muy interesante y que siempre levanta gran expectación entre los turistas, puede resultar algo aburrido puesto que dura unos 45 minutos.

Te aconsejo que aproveches para comprar la comida en el barrio de Victoria porque una vez en pleno centro va a ser bastante caro almorzar. Hay decenas de tiendas de comidas take away (para llevar) donde podrás comprarte sándwiches y bocadillos; algo rápido para aprovechar al máximo esta primera jornada turística.

Abadía de Westmister
La próxima visita es la Abadía de Westminster. Para llegar puedes coger el metro en la estación de Victoria, pero está solo a una parada así que también puedes ir caminando cruzando el magnífico parque de St James. Una vez allí, podréis contemplar el Palacio de Westmister y el archiconocido Big Ben. El palacio, de estilo gótico victoriano acoge las dos cámaras del Parlamento británico. El Big Ben, construido en 1858, es la torre más famosa del mundo, junto con la parisina Torre Eiffel. El nombre hace referencia a la inmensa campana de 14 toneladas que alberga en su interior y que marca las horas con la reconocida puntualidad inglesa.

En la Abadía también puedes visitar la Iglesia de Westminster, famosa por ser enclave de históricas coronaciones y lugar de descanso eterno de muchos monarcas ingleses.

Continúa el recorrido por el puente de Westmister para cruzar al otro lado del río. Desde el puente tendrás grandes vistas del cauce del río Támesis que atraviesa la ciudad. Se organizan tours de 45 minutos en pequeñas embarcaciones, donde te explican los principales puntos turísticos que bordean sus aguas. Si estás en Londres más de tres días te recomiendo que lo pruebes. Puedes consultar la guía de los tours turísticos en la web oficial. El precio, en función del recorrido que elijas, ronda las 10 libras.

London Eye
La última visita de hoy será el London Eye, una noria de 135 metro de altura inaugurada en el años 2000. Hasta 2006, fue la más grande del mundo pero otra de Singapore le arrebató el título. La imponente estructura está compuesta por 32 cabinas de cristal con aforo para 25 personas cada una y su velocidad es muy lenta por lo que el movimiento es casi inapreciable. La vuelta de la atracción dura una media hora y el precio de la entrada ronda las 18 libras.

A pesar de la mala fama que tiene la gastronomía inglesa, en Londres hay magníficos restaurantes. Lo que sí es verdad es que, en comparación con España, comer platos de calidad puede resultarnos excesivamente caro. Por eso, como la oferta hostelera es amplísima, lo mejor es que cada uno elija el sitio en el que quiere comer en función de su economía y gusto personal. Si quieres encontrar un sitio donde cenar te recomiendo que te alejes un poco de la zona centro y te pases por Waterloo, que está a 10 minutos caminando.

Día 2: La línea azul

Si coincide que tu segundo día de visita cae en sábado estás de suerte, porque cada sábado por la mañana, Notting Hill acoge su famoso mercado de Portobello, un mercadillo callejero donde las antigüedades son las protagonistas. Ofrece una estampa única y un lugar idóneo para pasar la mañana y hacer unas compras. Los puestos de comida también están presentes a lo largo de los casi tres kilómetros que tiene la calle donde se celebra, así que aprovecha para almorzar a buen precio.

Hyde Park
El resto del día lo dedicaremos a recorrer parte de la línea azul del metro. Comenzaremos en Hyde Park, el pulmón verde del centro de Londres. Pasear por sus inmensos jardines y tumbarte en una de sus famosas hamacas es un lujo que no te puedes perder.

Trafalgar Square y National Gallery
Trafalgare Square será lo siguiente que visitemos, una de las plazas más famosas de la capital que conmemora la victoria de la armada británica frente a la española y la francesa en la Batalla de Trafalgar. En la parte norte de la misma se alza el majestuoso edificio del National Gallery, el museo de arte más importante de Londres y uno de los más internacionales. Puedes darte una vuelta por sus innumerables pasillos y contemplar sus obras de verdadero valor artístico e histórico. La entrada es gratuita aunque te invitan a que pagues la voluntad para que el museo pueda seguir siendo gratuito. Es muy grande y el visitarlo puede requerir más de dos horas de tu tiempo. Como siempre digo, prioriza tu recorrido en función de tus intereses.

Para cenar te propongo (sin salir de la línea azul) Convent Garden, un distrito repleto de tiendas y restaurantes en el que abunda el arte callejero. Cantantes, magos, malabaristas y artistas de todo tipo se reúnen allí para amenizar la velada de los viandantes y de paso, sacarse unas libras.

Picadilly Circus
La noche londinense también merece ser visitada; por eso te propongo Picadilly Circus para salir de fiesta, uno de los rincones más “neoyorkinos” y con más ambiente de la capital inglesa, a pequeña escala, claro está. Cuando veas sus pantallas de publicidad a todo color, comprenderás por qué lo digo. En ese barrio se encuentra una de las discotecas más famosas, la Ministry of sound; aunque si prefieres un ambiente menos discotequero, te recomiendo El Soho que está al lado, cerca de la calle comercial de Oxford Street. No te preocupes por cómo volver a casa, la línea de autobuses nocturnos funciona durante toda la noche y en todos los barrios. 

Día 3: La línea negra

Calle de Camden Town
El último día lo dedicaremos a la zona más underground de Londres: Camden Town. Para llegar tendrás que coger la línea negra del metro (northern line). Es el barrio más curioso y extravagante de la capital londinense, lleno de mercadillos de ropa y discos ambulantes, tiendas con todo tipo de objetos vintage y souvenirs originales. El espíritu punky está muy presente en muchos establecimientos y en la decoración de las calles.

Como te pararás en casi todos los puestos, acabarás echando la mañana entera allí. Camden también es un buen sitio donde podrás probar por poco dinero comida de distintos países: China, mexicana, italiana, española, japonesa… Todo por no más de seis libras. Eso sí, olvídate del típico restaurante porque allí se pide de pie y te lo sirven en una especie de taper para que o te lo vayas comiendo por la calle o para que lo degustes tranquilamente en uno de sus merenderos.


Tower Bridge
Para terminar estos intensos tres días, cogeremos el metro hasta la parada de Tower Hill (tendrás que hacer trasbordo de la línea negra a la amarilla en Embakment). Una vez allí veremos la fortificación de la Torre de Londres, una antigua prisión del siglo en la que se torturó y ejecutó a todo aquel que ofendía a la Corona. Si tienes la tarjeta London Pass la entrada es gratuita, y sino, te costará unas 19 libras. Es algo caro pero no decepciona.

Justo al lado, verás el puente levadizo más representativo de la ciudad, de estilo victoriano y construido en el siglo XIX: El Tower Bridge. Su torre se puede visitar pero la verdad es que tampoco tiene mucho que ver.

Y así, en uno de los puentes que cruza el Támesis, acaba nuestra visita a Londres. Vuelva cuando puedas porque esta guía es solo un paseo por los lugares más importantes de la ciudad, pero hay muchos rincones por descubrir y te llevará más de tres días hacerlo. ¿A qué esperas? London calling!

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martes, 4 de octubre de 2011

Guía de turismo de Bruselas

Tengo la palabra perfecta para convencer a cualquier persona de que visite esta ciudad: chocolate. Si te digo que viajamos al país donde podrás encontrar el mejor líquido negro del mundo, sabrás rápidamente que esta guía de tres días vuela a Bélgica. Bruselas, la  capital europea, nos espera.

El flamenco es muy importante en la capital belga; pero no el de guitarra española y las palmas; sino la lengua cooficial de allí. Y es que es una ciudad multicultural donde la lengua predominante, el francés, convive con el inglés y el flamenco. Hacerte entender no será un problema si controlas un poco el inglés, porque allí todo el mundo lo habla sin problema.

Es conocida como la capital de la Unión Europea por la cantidad de organizaciones e instituciones comunitarias que tienen sede allí.

Cada vez más españoles descubren este pequeño país, lleno de lugares con encanto. Como siempre, mi consejo es que saques el vuelo con antelación; es la mejor forma de encontrar billetes baratos. La ciudad cuenta con dos aeropuertos, el más importante es el de Zaventem, pero el que tiene más conexiones con compañías low cost es el de Charleroi, aunque aviso que está a una hora de Bruselas.

Moverse por la ciudad no será muy complicado, puesto que por su tamaño es comparable con ciudades españolas como Sevilla. Para poner un poco de orden en tu viaje te propongo tres rutas distintas para tres días de estancia.

Existe la posibilidad de que una vez allí te saques la Brussels card. La hay de uno, dos y tres días. Cierto es que de primeras te puede parecer algo más cara, pero si tienes interés en visitar muchos museos te la recomiendo. Además incluye viajes ilimitados en medios de transporte.

Día 1: Historia y cerveza

En el caso de que llegues al aeropuerto de Charleroi, tendrás que coger un bus que tarda una hora en llegar al centro (estación Bruselas Midi). El billete te saldrá por unos 15€ aproximadamente. Si por el contrario vuelas al aeropuerto de Zaventern las conexiones son mucho mejores. En este caso te recomiendo que cojas el tren; te llevará al centro o cualquier otra estación, en función de donde tengas el hotel. El trayecto es de 20 minutos y te costará 5€.

A la hora de buscar el hotel siempre aconsejo que esté ubicado por el centro. En Bruselas, la mayoría de los puntos más turísticos, los restaurantes, las tiendas y otros lugares de interés se sitúan en el centro y alrededores. No será difícil encontrar un buen hotel en las inmediaciones del casco antiguo por unos 40€/noche.

Como cuando te establezcas en el hotel ya casi será la hora de almorzar te propongo que te quedes en la zona centro. Allí hay una gran oferta de lugares donde comer bien a un precio razonable. Además, la comida francesa está bastante buena. La especialidad de la cocina de Bruselas son los mejillones con patatas, no te puedes ir sin probarlos.

Grand Place
Una vez con las pilas cargadas comenzamos la ruta turística en la Grand Place, el corazón de Bruselas que alberga varios edificios institucionales. La sensación de amplitud es mucho mayor cuando llegas por una de las callejuelas colindantes. Es una plaza repleta de vida con restaurantes, tiendas de souvenirs y, por supuesto, de turistas. La arquitectura de los edificios es espectacular, un estilo que no estamos acostumbrados a ver por España. Tal es su belleza y su valor arquitectónico lo que hizo que en 1998, la UNESCO la declarara Patrimonio de la Humanidad.

Manneken Pis
En la misma plaza encontrarás el curioso museo de la cerveza. Se ve en poco tiempo y es uno de esos pocos museos donde puedes beberte lo que se expone, hecho además por unos auténticos maestros en la materia.Si avanzas por la Rue de l´Etuve, llegarás a una de las atracciones turísticas más visitadas en Bruselas: el Mannaken Pis. El paseo hasta llegar a la escultura no tiene desperdicio, una calle repleta de de tiendas de chocolate, de gofres… es como el camino del azúcar, no apto para diabéticos. El Mannaken Pis es una escultura muy pequeña de un niño orinando; me pareció muy original y lo cierto es que despierta un interés masivo en los turistas.

A 15 minutos a pie, en el lado opuesto a la Gran Place (por la Rue l´Etuve y luego por la Rue des Bouchers) encontrarás al homónimo femenino del Mannaken Pis, la Jeanneke Pis, para que no se diga que en Bruselas son machistas; aunque sí es verdad que el niño tiene más público.

De camino a la escultura de la versión femenina te toparás con el magnífico edificio de la Bolsa, una imponente estructura del siglo XIX.

Para degustar un plato típico bruselino acompañado de una de las mejores cervezas de la ciudad, te propongo que te pases por la cervecería Delirium Tremens, al lado de la Jeanneke un bar con encanto y muy tradicional donde podrás elegir una cerveza en una extensa carta de casi 2.000 variedades. Si prefieres una opción más de restaurante, cerca está el Arcadi, un lugar barato donde podrás probar las famosas quiches, unas tartas saladas típicas de la cocina francesa.


Día 2: Barrio Europeo

El segundo día lo dedicaremos a descubrir la cara más institucional de la ciudad. Las líneas de metro y tranvía 1 y 5 te llevarán a visitar la zona del Parlamento Europeo. Si te apetece visitarlo y sentirte con un eurodiputado más puedes hacerlo gratuitamente cualquier día de la semana.

Parque del Cincuentenario
En este barrio se encuentra uno de los monumentos más representativos de la capital: el Parque del Cincuentenario, contruido para conmemorar el 50 aniversario del nacimiento de Bélgica como nación independiente. En la actualidad acoge tres museos: el de la Historia Militar, el del Cincuentenario y el Autoworld. Como no dispones de mucho tiempo, te aconsejo que visites solo uno en función de tus gustos. Yo me decanté por el Autoworld y la verdad es que salí satisfecho. Se trata de una gigante exposición compuesta por más de 300 coches de todas las épocas, unas auténticas reliquias. La entrada cuesta 6€.

Para esta segunda jornada te propongo un picnic en el parque más importante de la ciudad: el Parque de Bruselas. Para llegar, coge el metro en la estación Merode hasta la parada de Parc. Bocadillos y bebidas para disfrutar de un almuerzo sobre el césped.

Palacio Real
Después de comer continúa la ruta por el Palacio Real, que bordea el lado sur del parque. Es una construcción neoclásica del principios del siglo XIX y funciona como sede de la monarquía belga, no como residencia real. Merece la pena visitarlo y ver algunas de sus instalaciones: despachos, salas de reuniones, aposentos, etc. La entrada es gratuita.

En el lado opuesto del parque, se encuentra el Palacio de la Nación, sede de la Cámara de los Representantes y del Senado desde el siglo XIX. Mi recomendación es que solo lo veas por fuera.

Cae la noche bruselense y comienza la fiesta. Si después de esta agotadora jornada todavía te quedan ganas de marcha, te propongo dos alternativas muy diferentes. El jazz y la música electrónica son la melodía de Bruselas. Si los ritmos del jazz son lo tuyo, te recomiendo una copa en el céntrico l´Archiduc (Rue Antoine Dansaert); si prefieres algo más cañero, sin duda tienes que ir a The Fuse, el mejor lugar para escuchar pinchar a los mejores Dj´s de música electrónica. Si ninguna de estas dos opciones te convencen, entra en esta web, donde aparecen los lugares nocturnos más visitados.

Día 3: Como agua para chocolate

Este tentador título no está por casualidad. Y es que, como bien dije antes, Bruselas es la meca del chocolate. Las pastelerías y las tiendas de este dulce mundialmente deseado abundan por la ciudad; por eso antes que comprar el típico souvenir de “Estuve en Bruselas y me acordé de ti”, te aconsejo que te lleves de recuerdo cajas y cajas de chocolate (aunque el recuerdo dure más bien poco una vez que vuelvas a España).

Mini Europa
Pero antes de perdernos por el paraíso del oro negro, te propongo la última visita turística del viaje. Es el turno del Atomium y de la Mini Europa. Para llegar, puedes coger la línea 6 del metro o la 51 del tranvía en la estación Heysel. La entrada conjunta cuesta unos 22€, pero como el tiempo escasea, si tienes que dejar uno de los dos sin ver, te recomiendo que sea el Atomium.

Uno de los lugares más curiosos de Bruselas es la Mini Europa, con 350 maquetas en miniatura de diferentes atracciones turísticas de más de 80 ciudades europeas fabricadas a escala 1/25. La entrada ronda los 13€ por adulto.


Atomium
Justo al lado se sitúa el Atomium, un verdadero símbolo de la ciudad, construido para el Exposición Universal de 1958. La escultura representa el átomo del hierro ampliado 165.000 millones de veces.

Una vez de vuelta al centro, almuerza en uno de sus decenas de restaurantes, pero no te llenes mucho porque el postre lo tomarás en el museo del chocolate, situado en la Gran Place. En la misma plaza se encuentra la mejor tienda de este manjar según los bruselenses: Godiva. En la plaza del Grand Sablon (algo más retirada) también se dice que hay grandes maestros del chocolate, una de las tiendas más impresionantes por su decoración achocolatada es la de Wittamer. Si no quieres alejarte mucho, no te preocupes, porque en la misma calle del Mainaken Pis hay tiendas para aburrir. De hecho, las de gofres son muy concurridas y están deliciosos. Los puedes acompañar de infinidad de ingredientes: frutas, chocolates, natas, helado, azúcar…

Así de pastelosos nos despedimos de la capital belga. Menos mal que dicen que el chocolate combate la depresión.


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