martes, 4 de octubre de 2011

Guía de turismo de Bruselas

Tengo la palabra perfecta para convencer a cualquier persona de que visite esta ciudad: chocolate. Si te digo que viajamos al país donde podrás encontrar el mejor líquido negro del mundo, sabrás rápidamente que esta guía de tres días vuela a Bélgica. Bruselas, la  capital europea, nos espera.

El flamenco es muy importante en la capital belga; pero no el de guitarra española y las palmas; sino la lengua cooficial de allí. Y es que es una ciudad multicultural donde la lengua predominante, el francés, convive con el inglés y el flamenco. Hacerte entender no será un problema si controlas un poco el inglés, porque allí todo el mundo lo habla sin problema.

Es conocida como la capital de la Unión Europea por la cantidad de organizaciones e instituciones comunitarias que tienen sede allí.

Cada vez más españoles descubren este pequeño país, lleno de lugares con encanto. Como siempre, mi consejo es que saques el vuelo con antelación; es la mejor forma de encontrar billetes baratos. La ciudad cuenta con dos aeropuertos, el más importante es el de Zaventem, pero el que tiene más conexiones con compañías low cost es el de Charleroi, aunque aviso que está a una hora de Bruselas.

Moverse por la ciudad no será muy complicado, puesto que por su tamaño es comparable con ciudades españolas como Sevilla. Para poner un poco de orden en tu viaje te propongo tres rutas distintas para tres días de estancia.

Existe la posibilidad de que una vez allí te saques la Brussels card. La hay de uno, dos y tres días. Cierto es que de primeras te puede parecer algo más cara, pero si tienes interés en visitar muchos museos te la recomiendo. Además incluye viajes ilimitados en medios de transporte.

Día 1: Historia y cerveza

En el caso de que llegues al aeropuerto de Charleroi, tendrás que coger un bus que tarda una hora en llegar al centro (estación Bruselas Midi). El billete te saldrá por unos 15€ aproximadamente. Si por el contrario vuelas al aeropuerto de Zaventern las conexiones son mucho mejores. En este caso te recomiendo que cojas el tren; te llevará al centro o cualquier otra estación, en función de donde tengas el hotel. El trayecto es de 20 minutos y te costará 5€.

A la hora de buscar el hotel siempre aconsejo que esté ubicado por el centro. En Bruselas, la mayoría de los puntos más turísticos, los restaurantes, las tiendas y otros lugares de interés se sitúan en el centro y alrededores. No será difícil encontrar un buen hotel en las inmediaciones del casco antiguo por unos 40€/noche.

Como cuando te establezcas en el hotel ya casi será la hora de almorzar te propongo que te quedes en la zona centro. Allí hay una gran oferta de lugares donde comer bien a un precio razonable. Además, la comida francesa está bastante buena. La especialidad de la cocina de Bruselas son los mejillones con patatas, no te puedes ir sin probarlos.

Grand Place
Una vez con las pilas cargadas comenzamos la ruta turística en la Grand Place, el corazón de Bruselas que alberga varios edificios institucionales. La sensación de amplitud es mucho mayor cuando llegas por una de las callejuelas colindantes. Es una plaza repleta de vida con restaurantes, tiendas de souvenirs y, por supuesto, de turistas. La arquitectura de los edificios es espectacular, un estilo que no estamos acostumbrados a ver por España. Tal es su belleza y su valor arquitectónico lo que hizo que en 1998, la UNESCO la declarara Patrimonio de la Humanidad.

Manneken Pis
En la misma plaza encontrarás el curioso museo de la cerveza. Se ve en poco tiempo y es uno de esos pocos museos donde puedes beberte lo que se expone, hecho además por unos auténticos maestros en la materia.Si avanzas por la Rue de l´Etuve, llegarás a una de las atracciones turísticas más visitadas en Bruselas: el Mannaken Pis. El paseo hasta llegar a la escultura no tiene desperdicio, una calle repleta de de tiendas de chocolate, de gofres… es como el camino del azúcar, no apto para diabéticos. El Mannaken Pis es una escultura muy pequeña de un niño orinando; me pareció muy original y lo cierto es que despierta un interés masivo en los turistas.

A 15 minutos a pie, en el lado opuesto a la Gran Place (por la Rue l´Etuve y luego por la Rue des Bouchers) encontrarás al homónimo femenino del Mannaken Pis, la Jeanneke Pis, para que no se diga que en Bruselas son machistas; aunque sí es verdad que el niño tiene más público.

De camino a la escultura de la versión femenina te toparás con el magnífico edificio de la Bolsa, una imponente estructura del siglo XIX.

Para degustar un plato típico bruselino acompañado de una de las mejores cervezas de la ciudad, te propongo que te pases por la cervecería Delirium Tremens, al lado de la Jeanneke un bar con encanto y muy tradicional donde podrás elegir una cerveza en una extensa carta de casi 2.000 variedades. Si prefieres una opción más de restaurante, cerca está el Arcadi, un lugar barato donde podrás probar las famosas quiches, unas tartas saladas típicas de la cocina francesa.


Día 2: Barrio Europeo

El segundo día lo dedicaremos a descubrir la cara más institucional de la ciudad. Las líneas de metro y tranvía 1 y 5 te llevarán a visitar la zona del Parlamento Europeo. Si te apetece visitarlo y sentirte con un eurodiputado más puedes hacerlo gratuitamente cualquier día de la semana.

Parque del Cincuentenario
En este barrio se encuentra uno de los monumentos más representativos de la capital: el Parque del Cincuentenario, contruido para conmemorar el 50 aniversario del nacimiento de Bélgica como nación independiente. En la actualidad acoge tres museos: el de la Historia Militar, el del Cincuentenario y el Autoworld. Como no dispones de mucho tiempo, te aconsejo que visites solo uno en función de tus gustos. Yo me decanté por el Autoworld y la verdad es que salí satisfecho. Se trata de una gigante exposición compuesta por más de 300 coches de todas las épocas, unas auténticas reliquias. La entrada cuesta 6€.

Para esta segunda jornada te propongo un picnic en el parque más importante de la ciudad: el Parque de Bruselas. Para llegar, coge el metro en la estación Merode hasta la parada de Parc. Bocadillos y bebidas para disfrutar de un almuerzo sobre el césped.

Palacio Real
Después de comer continúa la ruta por el Palacio Real, que bordea el lado sur del parque. Es una construcción neoclásica del principios del siglo XIX y funciona como sede de la monarquía belga, no como residencia real. Merece la pena visitarlo y ver algunas de sus instalaciones: despachos, salas de reuniones, aposentos, etc. La entrada es gratuita.

En el lado opuesto del parque, se encuentra el Palacio de la Nación, sede de la Cámara de los Representantes y del Senado desde el siglo XIX. Mi recomendación es que solo lo veas por fuera.

Cae la noche bruselense y comienza la fiesta. Si después de esta agotadora jornada todavía te quedan ganas de marcha, te propongo dos alternativas muy diferentes. El jazz y la música electrónica son la melodía de Bruselas. Si los ritmos del jazz son lo tuyo, te recomiendo una copa en el céntrico l´Archiduc (Rue Antoine Dansaert); si prefieres algo más cañero, sin duda tienes que ir a The Fuse, el mejor lugar para escuchar pinchar a los mejores Dj´s de música electrónica. Si ninguna de estas dos opciones te convencen, entra en esta web, donde aparecen los lugares nocturnos más visitados.

Día 3: Como agua para chocolate

Este tentador título no está por casualidad. Y es que, como bien dije antes, Bruselas es la meca del chocolate. Las pastelerías y las tiendas de este dulce mundialmente deseado abundan por la ciudad; por eso antes que comprar el típico souvenir de “Estuve en Bruselas y me acordé de ti”, te aconsejo que te lleves de recuerdo cajas y cajas de chocolate (aunque el recuerdo dure más bien poco una vez que vuelvas a España).

Mini Europa
Pero antes de perdernos por el paraíso del oro negro, te propongo la última visita turística del viaje. Es el turno del Atomium y de la Mini Europa. Para llegar, puedes coger la línea 6 del metro o la 51 del tranvía en la estación Heysel. La entrada conjunta cuesta unos 22€, pero como el tiempo escasea, si tienes que dejar uno de los dos sin ver, te recomiendo que sea el Atomium.

Uno de los lugares más curiosos de Bruselas es la Mini Europa, con 350 maquetas en miniatura de diferentes atracciones turísticas de más de 80 ciudades europeas fabricadas a escala 1/25. La entrada ronda los 13€ por adulto.


Atomium
Justo al lado se sitúa el Atomium, un verdadero símbolo de la ciudad, construido para el Exposición Universal de 1958. La escultura representa el átomo del hierro ampliado 165.000 millones de veces.

Una vez de vuelta al centro, almuerza en uno de sus decenas de restaurantes, pero no te llenes mucho porque el postre lo tomarás en el museo del chocolate, situado en la Gran Place. En la misma plaza se encuentra la mejor tienda de este manjar según los bruselenses: Godiva. En la plaza del Grand Sablon (algo más retirada) también se dice que hay grandes maestros del chocolate, una de las tiendas más impresionantes por su decoración achocolatada es la de Wittamer. Si no quieres alejarte mucho, no te preocupes, porque en la misma calle del Mainaken Pis hay tiendas para aburrir. De hecho, las de gofres son muy concurridas y están deliciosos. Los puedes acompañar de infinidad de ingredientes: frutas, chocolates, natas, helado, azúcar…

Así de pastelosos nos despedimos de la capital belga. Menos mal que dicen que el chocolate combate la depresión.


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