La guía de viajes llega a Inglaterra, es el turno de Londres. Te doy tres días para descubrir los puntos más interesantes de esta ciudad; y aunque bien es cierto que es poco tiempo, es el suficiente para hacerte una idea de lo espectacular de esta urbe cosmopolita.
Para conocer esta inmensa ciudad en condiciones, necesitarías pasar al menos una semana recorriendo sus calles. El gran tamaño de Londres junto con la gran oferta cultural, de ocio y de servicios que existe hace tarea difícil el condensarlo todo en un fin de semana. Por suerte, el metro será tu mayor aliado, y te permitirá moverte mucho más rápido de una punta a otra de la ciudad. Siempre puntual, como los ingleses, y decenas de líneas que conectan cientos de lugares. Además, el metro londinense es uno de los símbolos de la capital; las palabras `underground´ y `mind the gap´ (cuidado con el espacio entre el tren y la plataforma) aparecen impresos en millones de souvenirs de todas las tiendas.
Te recomiendo que te hagas con un bono de transporte nada más llegar. La opción más económica es comprarte un bono diario que cuesta 6,30 libras y la puedes conseguir en cualquier estación de metro.
La capital inglesa de ha convertido en los últimos años en uno de los destinos preferidos por los españoles, sobre todo desde que las compañías low cost ampliaran las conexiones desde diferentes puntos de la península, por eso, en muchas ocasiones, pasear con algunos de sus enclaves turísticos será como estar en la madrileña Puerta del Sol.
Con seis aeropuertos donde elegir, no tienes excusa para no volar a Londres. Las aerolíneas que oferten los vuelos más baratos lo más seguro es que aterricen en Stansted o Gatwick, pero lo mejor es que lo compruebes tú mismo en un comparador de precios. La compañía de transportes por excelencia en Inglaterra es la de National Express, tiene trenes y autobuses que van a todos los aeropuertos y los billetes se pueden comprar en su página web.
Despídete de la soleada España y de los euros y coge el paraguas y las libras porque aquí comienza la guía práctica de la lluviosa Londres.
Día 1: La línea verde
Londres tiene una basta oferta de alojamientos para poder atender a todo el turismo que cada año visita la ciudad. Mi consejo es que reserves el hotel con antelación y por Internet, para que puedas encontrar las mejores tarifas. Las veces que yo he estado me he alojado por la zona de Victoria Station y la recomiendo, puesto que está cerca de una de las estaciones de transporte más importantes y a pocos minutos de uno de los puntos más turísticos de la ciudad como es el Buckingham Palace. De todas maneras, cualquier barrio que tenga buenas conexiones puede ser bueno para hospedarse, siempre y cuando tampoco esté muy retirado del centro. Podrás encontrar un hotel por unos 50€/noche.
Siempre lleva el plano del metro y el de la ciudad encima para ahorrarte muchos quebraderos de cabeza. Ten en cuenta también que hay tantas cosas que ver, que es muy complicado que quede tiempo para entrar a museos tan famosos como la Tate , la National Gallery o el Madame Touseau. De todas formas, si tienes especial interés en visitar alguno de ellos, puedes adaptar esta guía a tus preferencias.
Palacio de Buckingham |
Comenzamos nuestra ruta turística con dirección al Palacio de Buckingham, la residencia oficial de la Reina Isabel II. Es muy difícil que tu viaje a Londres coincida con el período que el palacio está abierto a los turistas, ya que solo abre ocho semanas al año (agosto y septiembre). Lo que sí es curioso de ver es el conocido “cambio de guardia”, una ceremonia en la que se relevan los guardias de seguridad del palacio.
De mayo a julio se celebra todos los días a las 11.30 de la mañana (a no ser que el mal tiempo lo impida) y el resto del año cada dos días, también a expensas de que llueva. Para consultar con más exactitud si las fechas en las que viajas coinciden con este desfile puedes visitar esta web. Aviso que aun siendo un evento muy interesante y que siempre levanta gran expectación entre los turistas, puede resultar algo aburrido puesto que dura unos 45 minutos.
Te aconsejo que aproveches para comprar la comida en el barrio de Victoria porque una vez en pleno centro va a ser bastante caro almorzar. Hay decenas de tiendas de comidas take away (para llevar) donde podrás comprarte sándwiches y bocadillos; algo rápido para aprovechar al máximo esta primera jornada turística.
Abadía de Westmister |
La próxima visita es la Abadía de Westminster. Para llegar puedes coger el metro en la estación de Victoria, pero está solo a una parada así que también puedes ir caminando cruzando el magnífico parque de St James. Una vez allí, podréis contemplar el Palacio de Westmister y el archiconocido Big Ben. El palacio, de estilo gótico victoriano acoge las dos cámaras del Parlamento británico. El Big Ben, construido en 1858, es la torre más famosa del mundo, junto con la parisina Torre Eiffel. El nombre hace referencia a la inmensa campana de 14 toneladas que alberga en su interior y que marca las horas con la reconocida puntualidad inglesa.
En la Abadía también puedes visitar la Iglesia de Westminster, famosa por ser enclave de históricas coronaciones y lugar de descanso eterno de muchos monarcas ingleses.
Continúa el recorrido por el puente de Westmister para cruzar al otro lado del río. Desde el puente tendrás grandes vistas del cauce del río Támesis que atraviesa la ciudad. Se organizan tours de 45 minutos en pequeñas embarcaciones, donde te explican los principales puntos turísticos que bordean sus aguas. Si estás en Londres más de tres días te recomiendo que lo pruebes. Puedes consultar la guía de los tours turísticos en la web oficial. El precio, en función del recorrido que elijas, ronda las 10 libras.
London Eye |
La última visita de hoy será el London Eye, una noria de 135 metro de altura inaugurada en el años 2000. Hasta 2006, fue la más grande del mundo pero otra de Singapore le arrebató el título. La imponente estructura está compuesta por 32 cabinas de cristal con aforo para 25 personas cada una y su velocidad es muy lenta por lo que el movimiento es casi inapreciable. La vuelta de la atracción dura una media hora y el precio de la entrada ronda las 18 libras.
A pesar de la mala fama que tiene la gastronomía inglesa, en Londres hay magníficos restaurantes. Lo que sí es verdad es que, en comparación con España, comer platos de calidad puede resultarnos excesivamente caro. Por eso, como la oferta hostelera es amplísima, lo mejor es que cada uno elija el sitio en el que quiere comer en función de su economía y gusto personal. Si quieres encontrar un sitio donde cenar te recomiendo que te alejes un poco de la zona centro y te pases por Waterloo, que está a 10 minutos caminando.
Día 2: La línea azul
Si coincide que tu segundo día de visita cae en sábado estás de suerte, porque cada sábado por la mañana, Notting Hill acoge su famoso mercado de Portobello, un mercadillo callejero donde las antigüedades son las protagonistas. Ofrece una estampa única y un lugar idóneo para pasar la mañana y hacer unas compras. Los puestos de comida también están presentes a lo largo de los casi tres kilómetros que tiene la calle donde se celebra, así que aprovecha para almorzar a buen precio.
Hyde Park |
El resto del día lo dedicaremos a recorrer parte de la línea azul del metro. Comenzaremos en Hyde Park, el pulmón verde del centro de Londres. Pasear por sus inmensos jardines y tumbarte en una de sus famosas hamacas es un lujo que no te puedes perder.
Trafalgar Square y National Gallery |
Trafalgare Square será lo siguiente que visitemos, una de las plazas más famosas de la capital que conmemora la victoria de la armada británica frente a la española y la francesa en la Batalla de Trafalgar. En la parte norte de la misma se alza el majestuoso edificio del National Gallery, el museo de arte más importante de Londres y uno de los más internacionales. Puedes darte una vuelta por sus innumerables pasillos y contemplar sus obras de verdadero valor artístico e histórico. La entrada es gratuita aunque te invitan a que pagues la voluntad para que el museo pueda seguir siendo gratuito. Es muy grande y el visitarlo puede requerir más de dos horas de tu tiempo. Como siempre digo, prioriza tu recorrido en función de tus intereses.
Para cenar te propongo (sin salir de la línea azul) Convent Garden, un distrito repleto de tiendas y restaurantes en el que abunda el arte callejero. Cantantes, magos, malabaristas y artistas de todo tipo se reúnen allí para amenizar la velada de los viandantes y de paso, sacarse unas libras.
Picadilly Circus |
La noche londinense también merece ser visitada; por eso te propongo Picadilly Circus para salir de fiesta, uno de los rincones más “neoyorkinos” y con más ambiente de la capital inglesa, a pequeña escala, claro está. Cuando veas sus pantallas de publicidad a todo color, comprenderás por qué lo digo. En ese barrio se encuentra una de las discotecas más famosas, la Ministry of sound; aunque si prefieres un ambiente menos discotequero, te recomiendo El Soho que está al lado, cerca de la calle comercial de Oxford Street. No te preocupes por cómo volver a casa, la línea de autobuses nocturnos funciona durante toda la noche y en todos los barrios.
Día 3: La línea negra
Calle de Camden Town |
El último día lo dedicaremos a la zona más underground de Londres: Camden Town. Para llegar tendrás que coger la línea negra del metro (northern line). Es el barrio más curioso y extravagante de la capital londinense, lleno de mercadillos de ropa y discos ambulantes, tiendas con todo tipo de objetos vintage y souvenirs originales. El espíritu punky está muy presente en muchos establecimientos y en la decoración de las calles.
Como te pararás en casi todos los puestos, acabarás echando la mañana entera allí. Camden también es un buen sitio donde podrás probar por poco dinero comida de distintos países: China, mexicana, italiana, española, japonesa… Todo por no más de seis libras. Eso sí, olvídate del típico restaurante porque allí se pide de pie y te lo sirven en una especie de taper para que o te lo vayas comiendo por la calle o para que lo degustes tranquilamente en uno de sus merenderos.
Tower Bridge |
Para terminar estos intensos tres días, cogeremos el metro hasta la parada de Tower Hill (tendrás que hacer trasbordo de la línea negra a la amarilla en Embakment). Una vez allí veremos la fortificación de la Torre de Londres, una antigua prisión del siglo en la que se torturó y ejecutó a todo aquel que ofendía a la Corona. Si tienes la tarjeta London Pass la entrada es gratuita, y sino, te costará unas 19 libras. Es algo caro pero no decepciona.
Justo al lado, verás el puente levadizo más representativo de la ciudad, de estilo victoriano y construido en el siglo XIX: El Tower Bridge. Su torre se puede visitar pero la verdad es que tampoco tiene mucho que ver.
Y así, en uno de los puentes que cruza el Támesis, acaba nuestra visita a Londres. Vuelva cuando puedas porque esta guía es solo un paseo por los lugares más importantes de la ciudad, pero hay muchos rincones por descubrir y te llevará más de tres días hacerlo. ¿A qué esperas? London calling!
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