Bilbao es una de tantas ciudades divididas por un rio; de semblante europeo e industrial, arquitectura arrolladora y enclave del arte y la cultura. No es uno de esos destinos soliplayeros abarrotados de turistas, lo que le da un toque exclusivo para viajeros exigentes.
Desde el minuto uno te darás cuenta del estilo moderno y vanguardista que caracteriza a la ciudad. Y cuando digo desde el minuto uno, me refiero a desde que aterrizas en el aeropuerto “La Paloma ”, diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava.
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Aeropuerto de Bilbao |
De todas maneras no me pareció una ciudad muy grande y además los puntos de interés están relativamente cerca unos de otros. En tres días da tiempo más que de sobra a recorrértela!
Día 1: Casco viejo power
Una de las compañías de bajo coste que vuela a Bilbao es Vueling. Fue con la que viajé yo y seguramente sea la más económica. Los autobuses a la ciudad pasan cada 15 minutos (La línea A3247 de Bizkaibus) y el billete cuesta 1,30€.
Es importante que el alojamiento esté bien comunicado. Lo bueno de Bilbao es que hay hoteles muy buenos y muy céntricos y no son para nada caros. Te recomiendo el Hotel Nervión, que lleva el nombre del río que baña la ciudad y que además puedes contemplar desde algunas habitaciones.
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Plaza Nueva |
Para comer te recomiendo que te pasees por cualquiera de las calles de los alrededores porque es una zona famosa por sus tradicionales bares de pintxos (las tapas del norte) y por los txikitos, unos vasos característicos de la tierra donde se beben el vino. Para mi gusto, los pintxos son más elaborados y mucho más visuales que las tapas de aquí. Eso sí, también son más caros.
Continuamos el recorrido por el casco viejo medieval. Acercándonos a la ría por calle Barrenkale te encontrarás el Mercado de la Ribera. Contemplar las vidrieras de este edificio de principios del siglo XX es un verdadero lujo y probar sus pescados y mariscos también. A la derecha se ubica la Iglesia gótica de San Antón, construida sobre las ruinas del antiguo alcázar de la ciudad a finales del siglo XIV. Acoge un hermoso retablo plateresco realizado por Guiot de Beaugrant.
El hotel se encuentra ubicado en este barrio así que podrás ir a pie sin ningún problema. Para llegar, tienes que cruzar el famoso puente blanco “Zubi Zuri”, construido por el valenciano Santiago Calatrava. La orilla de la ria es perfecta para pasear, y más con las preciosas vistas de las esculturas que forman la exposición al aire libre “El Paseo de la memoria”. Las que me llamaron más la atención fue la araña situada junto al museo, por sus 10 metros de altura y el perro Puppy, una estructura de acero recubierta con flores con forma de Terrier.
Pero sin duda alguna, lo más típico de Bilbao es su magnífico Museo Guggenheim. Su diseño vanguardista pionero del siglo XX y obra del arquitecto americano Frank O. Gehry, ya impresiona sin necesidad de entrar. El precio de la entrada ronda los 13€ e incluye una visita de una hora y una audioguía.
El tercer día lo reservaremos para un plan acuático. Te propongo dos opciones en función de la época del año en que visites Bilbao. Si es verano, lo mejor es darse un chapuzón en el Mar Cantábrico. Para ir a la playa, lo más rápido es coger la línea 1 del metro y bajarte en la parada de Sopelana o en la última (Plentzia). La primera es la más extensa, y es muy frecuentada por surferos; la segunda, está ubicada en la zona con más horas de sol al año de Vizcaya. Lo mejor para comer ese día es llevarte preparado algo rápido, en plan picnic para aprovechar el mayor tiempo posible en la playa.
Si por el contrario no hace mucho tiempo de playa y no quieres arriesgarte a pillar una pulmonía también está la opción de surcar los mares en barco. La empresa Bilboats ofrece la posibilidad de recorrer el cauce del rió Nervión en un trayecto de una hora (10€) o en trayecto de dos horas (16€) hasta la desembocadura de la ria en Abra.
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Mercado de la Ribera |
Para terminar el día, coge el tranvía en el mercado hasta la parada Pío Baroja. Allí te propongo una cena típicamente vasca en el restaurante Txoko Piperrak (calle Travesía Uribitarte). Cuando yo estuve comí bastante cantidad y el menú rondó los 22€. Para volver al hotel, solo tienes que cruzar el puente del ayuntamiento.
Día 2: La vida moderna
Podemos titular así el segundo día de ruta. Y es que la segunda jornada de tu viaje estará dedicada al arte bilbaíno. En ciertos barrios, la ciudad se convierte en un museo al aire libre.
Por la mañana recorreremos el barrio de Indautxu, zona característica por su imponente arquitectura. Muchos de los edificios allí construidos han sido diseñados por reconocidos arquitectos. El Museo Guggenheim o la Torre Iberdrola son algunos claros ejemplos de arte moderno a pie de calle.
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Puente Zubi Zuri |
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Museo Guggenheim |
Más adelante está el Museo de las Bellas Artes, también muy recomendable para visitar por ser considerado uno de los mejores de Europa. Sus 35 salas acogen bastas colecciones modernas y contemporáneas de autores vascos e internacionales. La entrada con audioguía vale 7€. Mi consejo para ahorraros un poco si queréis visitar estos dos museos es que os compréis el bono Artean. Por 13.50€ tendréis acceso a ambos.
Cerca de allí, en plaza Euskadi, se encuentra la Torre Iberdrola , una imponente construcción de 41 plantas prácticamente recién construida.
Para comer mejor bajar hasta Gran Vía, una zona con muy buenos bares tradicionales. Entre ellos El huevo frito (calle Maestro García Rivero) o el Globo (calle Diputación), ambos bastantes baratos y con buenos pintxos.
En cuanto a los lugares de fiesta, las discotecas más concurridas se encuentran a las afueras de la ciudad. Fever e Image en Bolueta y Berango respectivamente. Mi consejo es que os quedéis por la ciudad. En Gran Vía está Rockstar, un ambiente de personas alrededor de los 30 años. Otra del estilo y de reciente apertura es Pacha, situada al lado de San Mamés. Si prefieres un ambiente más juvenil, te recomiendo la zona del casco viejo. Allí hay bastantes pubs con buen ambiente, sobre todo en la calle Iturribide, que además pilla cerca del hotel. Para llegar puedes coger el metro en Indautxu y en tres paradas estarás allí (precio inferior a 2€).
Día 3: Al agua patos
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Plentzia |
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Ría de Bilbao |
Qué mejor manera de terminar este viaje que pasando una tarde en el parque. Desde el parque Etxebarria situado detrás del Ayuntamiento tendrás unas vistas magníficas de la ciudad. En una de sus laderas se conserva una chimenea como homenaje a la antigua fundición situada allí.
Con esta estampa concluimos esta guía, la tuya y la mia. Recuerda que cuando vuelvas, puedes añadir cualquier detalle que te haya parecido interesante y no aparezca aquí.
¡Agur Bilbao!
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