miércoles, 19 de octubre de 2011

Guía de turismo de Estocolmo

¿Es posible viajar a una ciudad edificada sobre catorce islas? Pues sí, pero solo será posible si la mano del hombre interviene y construye 57 puentes que las conectan, ya que más de la tercera parte de la ciudad es agua. Hablamos de Estocolmo, la capital de Suecia.

Es conocido por todos que no se trata de un país especialmente barato, si no todo lo contrario. Por eso en esta ocasión es recomendable que te compres la Stockholm Card para ahorrarte un buen pico en todas las actividades de ocio y culturales y en el transporte público. Como esta guía es de tres días, te sugiero que elijas la tarjeta de los tres días, aunque también las hay de uno y de dos. Su precio es de 72 euros y entre otros descuentos incluye entrada gratuita a museos, viajes ilimitados en el transporte público local, guía gratuita de la ciudad y dependiendo de la época en la que viajes, también puedes disfrutar de paseos en barco por el Mar Báltico que la bordea y en bici. Si quieres comprarla online pincha aquí.

Estocolmo tiene varios aeropuertos, el más importante es el de Arlanda; pero si vuelas desde España, lo más seguro es que aterrices en Skavsta o Vasteras, que es donde llegan los vuelos low cost.

Un consejo para cuando estés haciendo la maleta: echa zapatillas bien protegidas y ropa de abrigo porque es una de las ciudades donde más frío he pasado. Eso sí, todos los locales están bien acondicionados, de forma que siempre te dan ganas de entrar a tomarte algo caliente para resguardarte del frío polar de la calle. Aquí comienza la guía práctica de la “Venecia del norte”.

Día 1: Isla 1, Stadsholmen

Una vez que aterrices en Estocolmo, la mejor forma de llegar al centro de la ciudad es cogiendo un autobús que cubre la línea del aeropuerto. La empresa que los lleva es Flygbussarna y trabaja en todos los aeropuerto de la capital. Si eres de los que prefieren tenerlo todo atado antes de viajar, te recomiendo que compres los billetes online en la web.

Calle de Gamla Stan
En cuanto al alojamiento, creo que lo más práctico es buscarlo por la zona de Gamla Stan, que es por donde más nos moveremos en estos tres días. Como siempre, todo queda a elección vuestra en función de vuestro presupuesto.

Tanto la línea roja como la verde del metro te llevará al barrio de Gamla Stan levantado sobre la isla de Stadsholmen. Típica imagen de postal en todas las tiendas de souvenirs de Estocolmo. Se trata de la parte más antigua, un distrito medieval que acoge los edificios con más historia de la ciudad, conectados por callejuelas estrechas y empedradas con gran encanto. Hay que destacar que el metro es uno de los más originales que he visto nunca; da gusto pagar un poco más si a cambio te amenizan la espera o las caminatas por sus pasillas con obras de arte.

Aquí podrás visitar el Palacio Real  Kungliga Slottet, el palacio que todavía se encuentran bajo uso del Estado más grande del mundo. Ya tiene que ser grande para albergar 608 habitaciones. Aquí también tiene lugar la famosa costumbre londinense del cambio de guardia. En principio, la ceremonia se celebra los miércoles a medio día y los domingos y los festivos a las 13,15.
Palacio Real

Junto al lado del palacio se sitúa la Catedral Storkyrkan, la más antigua de la capital. Lo cierto es que sus dimensiones no son tan espectaculares como otros monumentos religiosos que estamos acostumbrados a ver en nuestros viajes, pero merece la pena verla aunque sea solo por fuera. También se puedes visitar su torre para contemplar unas bonitas vistas de la ciudad.

Para comer no nos iremos muy lejos. Bajando por una de las calles principales de la isla, Österlanggatan, encontrarás varios restaurantes de comida típica sueca. Algunas opciones con buenas críticas de los turistas que los han visitado son Fem Sma Hus o el Kryp In, ambos, lugares donde probar el famoso plato autóctono de crema, ternera y guisantes conocido como Wallenbergare. Después de comer no dejes de visitar algunas de sus cafeterías para entrar en calor con los ricos chocolates calientes que preparan. Las más cercanas a donde te encuentras, bajando por la calle Slottsbackken, son Kaffekkopen y Chokladkoppen.

Después del descanso para reponer fuerzas te propongo una visita a uno de los museos más fascinantes que he visitado: el Museo Nobel, donde se concentran las personas laureadas con este prestigioso premio y podrás ser testigo de un siglo de progresos científicos (C/ Stortotget). La entrada es gratuita para los menores de 18 años; los adultos que no tengan la tarjeta de Estocolmo tendrán que pagar 7,80 euros.

Para cenar quédate por la zona y elige entre uno de las decenas de restaurantes que hay en Gamla Stan. La comida vegetariana es muy típica de allí también, así que puedes probar a cambiarte a lo verde por una noche y comer en uno de ellos.


Día 2: Isla 2, Djurgården

Hoy cambiamos de isla y nos vamos a Djurgarden. Es más grande que la de Stadsholmen, tanto que acoge varios museos, un zoo e incluso un parque de atracciones. Para llegar tendrás que coger un ferry que cuesta unos 4,50 euros. Si te mareas no te preocupes porque el recorrido solo dura unos 10 minutos.

Museo Vasa
Empezaremos con la parte más cultural, una visita al curioso Museo Vasa, el más visitado de toda Escandinavia. Está construido cerca del barco Vasa, el único navío del mundo del siglo XVI que aún se conserva. Es una visita obligada si quieres enterarte de la fascinante historia de su naufragio en 1628 y de su rescate del fondo del lago Mälaren en 1961. La entrada cuesta 12 euros.

Continuamos la ruta bajando por la calle Djurgardsvägen hasta el Museo Skansen, curioso porque está ubicado al aire libre que reproduce cómo era la vida en las ciudades y en los pueblos desde el siglo XVI. Alrededor de 160 construcciones componen este particular museo que se extiende por una amplia zona salpicada con cabañas, granjas, molinos y tiendas antiguas. El zoológico también está ubicado en estos terrenos. Con la Stockholm Card, la entrada te saldrá gratis; si no la tienes, te costará unos 13 euros.

Para comer tendrás que cruzar el charco de nuevo, hasta el barrio de Södermalm, el más animado de la capital. Antes de coger la línea verde del metro para que te lleve hasta el corazón de esta zona (Medborgar Platsen), te propongo una parada en el mirador de Fjällgatan, ubicado en lo alto de un acantilado y desde donde tendrás a vista de pájaro las dos islas que ya has visitado (Gamla Stan y Djurgarden). Además, es cuna de los artistas autóctonos y de los diseñadores. Puedes aprovechar para comer en Hermans, un restaurante de comida vegetariana que está muy bien de precio. También puedes probar el clásico `brunch´, un aperitivo entre el desayuno y el almuerzo, que se toma en esa hora en la que te apetece abrir la nevera y arrasar. Un buen lugar donde comerlo es en la cafetería más mítica de la capital sueca: Fåfängan, desde donde además podrás disfrutar de unas estupendas vistas de la ciudad.

Ascensor de Katarimahissen
Finalmente, de camino a la estación de metro, detente un momento en el ascensor de Katarinahissen, de 38 metros de altura y construido en el siglo XIX. Subir para admirar las espectaculares vistas solo te costará un euro.

Después de este `break´, dirígete al corazón de Södermalm. Los pequeños negocios de barrio, los locales de moda, las tiendas de segunda mano las galerías de arte y las cafeterías le dan una atmósfera bohemia que invita a pasear por sus calles. Déjate llevar por todos los establecimientos y contágiate de la magia del espíritu sueco.

Si eres fan de la triología de Stiegg Larson, puedes visitar algunos de los escenarios por donde pasaron los protagonistas Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander. La mayoría de ellos se ubican en la zona norte de este barrio. Las calles más importantes mencionadas en la historia son Hornsgatan, Bellmansgatan, Mosebacke, Götgatan y Slussen. Si eres un apasionado de estos libros, te interesará saber que la oficina de turismo organiza rutas de 90 minutos para recorrer todos y cada uno de los lugares más destacados de la triología. Para más información, visita la página web oficial.

Cuando caiga la noche volveremos a la zona este de la isla, al barrio del Sofo. Ahí encontrarás restaurantes fácilmente. Algunas recomendaciones son Nytorget Urban Deli y Kvarnen (comida sueca) y Koh Phangan (comida asiática).

Tras un largo día, saca algo de energía para vivir la fiesta de Estocolmo sin salir del Sofo. Para que nos entendamos, es comparable al Soho de Londres o París; ambiente bohemio y chic con música en directo. Si prefieres algo más discotequero tendrás que cambiar de barrio y dirigirte a Stureplan. Allí, algunos de los pubs más conocidos son Café Opera, Riche, StureCompagniet y White Room.



Día 3: En tierra firme, más o menos

Ayuntamiento
La última jornada la dedicaremos a la parte más norte de la ciudad. La mañana la puedes aprovechar para dar un paseo en barco. Hay muchas empresas que se dedican a eso, así que es cuestión de elegir según tus gustos. “Under Stockholms Broar” (Bajo los puentes de Estocolmo), Djurgården Runt (Visita por el canal real), Kungsholmen runt (Visita histórica de los canales) y el temprano Buenos días Estocolmo están concentrados en el centro de Estocolmo y duran entre 50 minutos y dos horas y media. Antes de decidirte por alguno consulta si ofertan el español en sus tours. Los precios rondan entre los 20 y los 45 euros.

Para comer ve a la zona de Norrmalm y visita el restaurante Operakallarens bakficka, un lugar donde despedirse de la comida típica sueca por un precio bastante económico.

Qué mejor forma de decir adios a una ciudad que visitando el principal museo de arte y diseño de Suecia: el National Museum. Si no te parece bien el plan, también puedes ir a ver el famoso Ayuntamiento de la capital, compuesto por ocho millones de ladrillos. Su famosa torre de 106 metros de altura se puede visitar por 8 euros.

Espero que hayas disfrutado del viaje. Yo volví enamorada de la ciudad, por algo lo llamarán el síndrome de Estocolmo.




Enlaces de interés


Turismo oficial de Estocolmo
Metro
Tarjeta Stockholm Card
Guía ruta Milenium
Paseos en barco
Billetes autobús aeropuerto
Mapa de Estocolmo 1
Mapa de Estocolmo 2

viernes, 14 de octubre de 2011

Guía de turismo de Londres


La guía de viajes llega a Inglaterra, es el turno de Londres. Te doy tres días para descubrir los puntos más interesantes de esta ciudad; y aunque bien es cierto que es poco tiempo, es el suficiente para hacerte una idea de lo espectacular de esta urbe cosmopolita.

Para conocer esta inmensa ciudad en condiciones, necesitarías pasar al menos una semana recorriendo sus calles. El gran tamaño de Londres junto con la gran oferta cultural, de ocio y de servicios que existe hace tarea difícil el condensarlo todo en un fin de semana. Por suerte, el metro será tu mayor aliado, y te permitirá moverte mucho más rápido de una punta a otra de la ciudad. Siempre puntual, como los ingleses, y decenas de líneas que conectan cientos de lugares. Además, el metro londinense es uno de los símbolos de la capital; las palabras `underground´ y `mind the gap´ (cuidado con el espacio entre el tren y la plataforma) aparecen impresos en millones de souvenirs de todas las tiendas.

Te recomiendo que te hagas con un bono de transporte nada más llegar. La opción más económica es comprarte un bono diario que cuesta 6,30 libras y la puedes conseguir en cualquier estación de metro.

La capital inglesa de ha convertido en los últimos años en uno de los destinos preferidos por los españoles, sobre todo desde que las compañías low cost ampliaran las conexiones desde diferentes puntos de la península, por eso, en muchas ocasiones, pasear con algunos de sus enclaves turísticos será como estar en la madrileña Puerta del Sol.

Con seis aeropuertos donde elegir, no tienes excusa para no volar a Londres. Las aerolíneas que oferten los vuelos más baratos lo más seguro es que aterricen en Stansted o Gatwick, pero lo mejor es que lo compruebes tú mismo en un comparador de precios. La compañía de transportes por excelencia en Inglaterra es la de National Express, tiene trenes y autobuses que van a todos los aeropuertos y los billetes se pueden comprar en su página web.

Despídete de la soleada España y de los euros y coge el paraguas y las libras porque aquí comienza la guía práctica de la lluviosa Londres.

Día 1: La línea verde

Londres tiene una basta oferta de alojamientos para poder atender a todo el turismo que cada año visita la ciudad. Mi consejo es que reserves el hotel con antelación y por Internet, para que puedas encontrar las mejores tarifas. Las veces que yo he estado me he alojado por la zona de Victoria Station y la recomiendo, puesto que está cerca de una de las estaciones de transporte más importantes y a pocos minutos de uno de los puntos más turísticos de la ciudad como es el Buckingham Palace. De todas maneras, cualquier barrio que tenga buenas conexiones puede ser bueno para hospedarse, siempre y cuando tampoco esté muy retirado del centro. Podrás encontrar un hotel por unos 50€/noche.

Siempre lleva el plano del metro y el de la ciudad encima para ahorrarte muchos quebraderos de cabeza. Ten en cuenta también que hay tantas cosas que ver, que es muy complicado que quede tiempo para entrar a museos tan famosos como la Tate, la National Gallery o el Madame Touseau. De todas formas, si tienes especial interés en visitar alguno de ellos, puedes adaptar esta guía a tus preferencias.

Palacio de Buckingham
Comenzamos nuestra ruta turística con dirección al Palacio de Buckingham, la residencia oficial de la Reina Isabel II. Es muy difícil que tu viaje a Londres coincida con el período que el palacio está abierto a los turistas, ya que solo abre ocho semanas al año (agosto y septiembre). Lo que sí es curioso de ver es el conocido “cambio de guardia”, una ceremonia en la que se relevan los guardias de seguridad del palacio.

De mayo a julio se celebra todos los días a las 11.30 de la mañana (a no ser que el mal tiempo lo impida) y el resto del año cada dos días, también a expensas de que llueva. Para consultar con más exactitud si las fechas en las que viajas coinciden con este desfile puedes visitar esta web. Aviso que aun siendo un evento muy interesante y que siempre levanta gran expectación entre los turistas, puede resultar algo aburrido puesto que dura unos 45 minutos.

Te aconsejo que aproveches para comprar la comida en el barrio de Victoria porque una vez en pleno centro va a ser bastante caro almorzar. Hay decenas de tiendas de comidas take away (para llevar) donde podrás comprarte sándwiches y bocadillos; algo rápido para aprovechar al máximo esta primera jornada turística.

Abadía de Westmister
La próxima visita es la Abadía de Westminster. Para llegar puedes coger el metro en la estación de Victoria, pero está solo a una parada así que también puedes ir caminando cruzando el magnífico parque de St James. Una vez allí, podréis contemplar el Palacio de Westmister y el archiconocido Big Ben. El palacio, de estilo gótico victoriano acoge las dos cámaras del Parlamento británico. El Big Ben, construido en 1858, es la torre más famosa del mundo, junto con la parisina Torre Eiffel. El nombre hace referencia a la inmensa campana de 14 toneladas que alberga en su interior y que marca las horas con la reconocida puntualidad inglesa.

En la Abadía también puedes visitar la Iglesia de Westminster, famosa por ser enclave de históricas coronaciones y lugar de descanso eterno de muchos monarcas ingleses.

Continúa el recorrido por el puente de Westmister para cruzar al otro lado del río. Desde el puente tendrás grandes vistas del cauce del río Támesis que atraviesa la ciudad. Se organizan tours de 45 minutos en pequeñas embarcaciones, donde te explican los principales puntos turísticos que bordean sus aguas. Si estás en Londres más de tres días te recomiendo que lo pruebes. Puedes consultar la guía de los tours turísticos en la web oficial. El precio, en función del recorrido que elijas, ronda las 10 libras.

London Eye
La última visita de hoy será el London Eye, una noria de 135 metro de altura inaugurada en el años 2000. Hasta 2006, fue la más grande del mundo pero otra de Singapore le arrebató el título. La imponente estructura está compuesta por 32 cabinas de cristal con aforo para 25 personas cada una y su velocidad es muy lenta por lo que el movimiento es casi inapreciable. La vuelta de la atracción dura una media hora y el precio de la entrada ronda las 18 libras.

A pesar de la mala fama que tiene la gastronomía inglesa, en Londres hay magníficos restaurantes. Lo que sí es verdad es que, en comparación con España, comer platos de calidad puede resultarnos excesivamente caro. Por eso, como la oferta hostelera es amplísima, lo mejor es que cada uno elija el sitio en el que quiere comer en función de su economía y gusto personal. Si quieres encontrar un sitio donde cenar te recomiendo que te alejes un poco de la zona centro y te pases por Waterloo, que está a 10 minutos caminando.

Día 2: La línea azul

Si coincide que tu segundo día de visita cae en sábado estás de suerte, porque cada sábado por la mañana, Notting Hill acoge su famoso mercado de Portobello, un mercadillo callejero donde las antigüedades son las protagonistas. Ofrece una estampa única y un lugar idóneo para pasar la mañana y hacer unas compras. Los puestos de comida también están presentes a lo largo de los casi tres kilómetros que tiene la calle donde se celebra, así que aprovecha para almorzar a buen precio.

Hyde Park
El resto del día lo dedicaremos a recorrer parte de la línea azul del metro. Comenzaremos en Hyde Park, el pulmón verde del centro de Londres. Pasear por sus inmensos jardines y tumbarte en una de sus famosas hamacas es un lujo que no te puedes perder.

Trafalgar Square y National Gallery
Trafalgare Square será lo siguiente que visitemos, una de las plazas más famosas de la capital que conmemora la victoria de la armada británica frente a la española y la francesa en la Batalla de Trafalgar. En la parte norte de la misma se alza el majestuoso edificio del National Gallery, el museo de arte más importante de Londres y uno de los más internacionales. Puedes darte una vuelta por sus innumerables pasillos y contemplar sus obras de verdadero valor artístico e histórico. La entrada es gratuita aunque te invitan a que pagues la voluntad para que el museo pueda seguir siendo gratuito. Es muy grande y el visitarlo puede requerir más de dos horas de tu tiempo. Como siempre digo, prioriza tu recorrido en función de tus intereses.

Para cenar te propongo (sin salir de la línea azul) Convent Garden, un distrito repleto de tiendas y restaurantes en el que abunda el arte callejero. Cantantes, magos, malabaristas y artistas de todo tipo se reúnen allí para amenizar la velada de los viandantes y de paso, sacarse unas libras.

Picadilly Circus
La noche londinense también merece ser visitada; por eso te propongo Picadilly Circus para salir de fiesta, uno de los rincones más “neoyorkinos” y con más ambiente de la capital inglesa, a pequeña escala, claro está. Cuando veas sus pantallas de publicidad a todo color, comprenderás por qué lo digo. En ese barrio se encuentra una de las discotecas más famosas, la Ministry of sound; aunque si prefieres un ambiente menos discotequero, te recomiendo El Soho que está al lado, cerca de la calle comercial de Oxford Street. No te preocupes por cómo volver a casa, la línea de autobuses nocturnos funciona durante toda la noche y en todos los barrios. 

Día 3: La línea negra

Calle de Camden Town
El último día lo dedicaremos a la zona más underground de Londres: Camden Town. Para llegar tendrás que coger la línea negra del metro (northern line). Es el barrio más curioso y extravagante de la capital londinense, lleno de mercadillos de ropa y discos ambulantes, tiendas con todo tipo de objetos vintage y souvenirs originales. El espíritu punky está muy presente en muchos establecimientos y en la decoración de las calles.

Como te pararás en casi todos los puestos, acabarás echando la mañana entera allí. Camden también es un buen sitio donde podrás probar por poco dinero comida de distintos países: China, mexicana, italiana, española, japonesa… Todo por no más de seis libras. Eso sí, olvídate del típico restaurante porque allí se pide de pie y te lo sirven en una especie de taper para que o te lo vayas comiendo por la calle o para que lo degustes tranquilamente en uno de sus merenderos.


Tower Bridge
Para terminar estos intensos tres días, cogeremos el metro hasta la parada de Tower Hill (tendrás que hacer trasbordo de la línea negra a la amarilla en Embakment). Una vez allí veremos la fortificación de la Torre de Londres, una antigua prisión del siglo en la que se torturó y ejecutó a todo aquel que ofendía a la Corona. Si tienes la tarjeta London Pass la entrada es gratuita, y sino, te costará unas 19 libras. Es algo caro pero no decepciona.

Justo al lado, verás el puente levadizo más representativo de la ciudad, de estilo victoriano y construido en el siglo XIX: El Tower Bridge. Su torre se puede visitar pero la verdad es que tampoco tiene mucho que ver.

Y así, en uno de los puentes que cruza el Támesis, acaba nuestra visita a Londres. Vuelva cuando puedas porque esta guía es solo un paseo por los lugares más importantes de la ciudad, pero hay muchos rincones por descubrir y te llevará más de tres días hacerlo. ¿A qué esperas? London calling!

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martes, 4 de octubre de 2011

Guía de turismo de Bruselas

Tengo la palabra perfecta para convencer a cualquier persona de que visite esta ciudad: chocolate. Si te digo que viajamos al país donde podrás encontrar el mejor líquido negro del mundo, sabrás rápidamente que esta guía de tres días vuela a Bélgica. Bruselas, la  capital europea, nos espera.

El flamenco es muy importante en la capital belga; pero no el de guitarra española y las palmas; sino la lengua cooficial de allí. Y es que es una ciudad multicultural donde la lengua predominante, el francés, convive con el inglés y el flamenco. Hacerte entender no será un problema si controlas un poco el inglés, porque allí todo el mundo lo habla sin problema.

Es conocida como la capital de la Unión Europea por la cantidad de organizaciones e instituciones comunitarias que tienen sede allí.

Cada vez más españoles descubren este pequeño país, lleno de lugares con encanto. Como siempre, mi consejo es que saques el vuelo con antelación; es la mejor forma de encontrar billetes baratos. La ciudad cuenta con dos aeropuertos, el más importante es el de Zaventem, pero el que tiene más conexiones con compañías low cost es el de Charleroi, aunque aviso que está a una hora de Bruselas.

Moverse por la ciudad no será muy complicado, puesto que por su tamaño es comparable con ciudades españolas como Sevilla. Para poner un poco de orden en tu viaje te propongo tres rutas distintas para tres días de estancia.

Existe la posibilidad de que una vez allí te saques la Brussels card. La hay de uno, dos y tres días. Cierto es que de primeras te puede parecer algo más cara, pero si tienes interés en visitar muchos museos te la recomiendo. Además incluye viajes ilimitados en medios de transporte.

Día 1: Historia y cerveza

En el caso de que llegues al aeropuerto de Charleroi, tendrás que coger un bus que tarda una hora en llegar al centro (estación Bruselas Midi). El billete te saldrá por unos 15€ aproximadamente. Si por el contrario vuelas al aeropuerto de Zaventern las conexiones son mucho mejores. En este caso te recomiendo que cojas el tren; te llevará al centro o cualquier otra estación, en función de donde tengas el hotel. El trayecto es de 20 minutos y te costará 5€.

A la hora de buscar el hotel siempre aconsejo que esté ubicado por el centro. En Bruselas, la mayoría de los puntos más turísticos, los restaurantes, las tiendas y otros lugares de interés se sitúan en el centro y alrededores. No será difícil encontrar un buen hotel en las inmediaciones del casco antiguo por unos 40€/noche.

Como cuando te establezcas en el hotel ya casi será la hora de almorzar te propongo que te quedes en la zona centro. Allí hay una gran oferta de lugares donde comer bien a un precio razonable. Además, la comida francesa está bastante buena. La especialidad de la cocina de Bruselas son los mejillones con patatas, no te puedes ir sin probarlos.

Grand Place
Una vez con las pilas cargadas comenzamos la ruta turística en la Grand Place, el corazón de Bruselas que alberga varios edificios institucionales. La sensación de amplitud es mucho mayor cuando llegas por una de las callejuelas colindantes. Es una plaza repleta de vida con restaurantes, tiendas de souvenirs y, por supuesto, de turistas. La arquitectura de los edificios es espectacular, un estilo que no estamos acostumbrados a ver por España. Tal es su belleza y su valor arquitectónico lo que hizo que en 1998, la UNESCO la declarara Patrimonio de la Humanidad.

Manneken Pis
En la misma plaza encontrarás el curioso museo de la cerveza. Se ve en poco tiempo y es uno de esos pocos museos donde puedes beberte lo que se expone, hecho además por unos auténticos maestros en la materia.Si avanzas por la Rue de l´Etuve, llegarás a una de las atracciones turísticas más visitadas en Bruselas: el Mannaken Pis. El paseo hasta llegar a la escultura no tiene desperdicio, una calle repleta de de tiendas de chocolate, de gofres… es como el camino del azúcar, no apto para diabéticos. El Mannaken Pis es una escultura muy pequeña de un niño orinando; me pareció muy original y lo cierto es que despierta un interés masivo en los turistas.

A 15 minutos a pie, en el lado opuesto a la Gran Place (por la Rue l´Etuve y luego por la Rue des Bouchers) encontrarás al homónimo femenino del Mannaken Pis, la Jeanneke Pis, para que no se diga que en Bruselas son machistas; aunque sí es verdad que el niño tiene más público.

De camino a la escultura de la versión femenina te toparás con el magnífico edificio de la Bolsa, una imponente estructura del siglo XIX.

Para degustar un plato típico bruselino acompañado de una de las mejores cervezas de la ciudad, te propongo que te pases por la cervecería Delirium Tremens, al lado de la Jeanneke un bar con encanto y muy tradicional donde podrás elegir una cerveza en una extensa carta de casi 2.000 variedades. Si prefieres una opción más de restaurante, cerca está el Arcadi, un lugar barato donde podrás probar las famosas quiches, unas tartas saladas típicas de la cocina francesa.


Día 2: Barrio Europeo

El segundo día lo dedicaremos a descubrir la cara más institucional de la ciudad. Las líneas de metro y tranvía 1 y 5 te llevarán a visitar la zona del Parlamento Europeo. Si te apetece visitarlo y sentirte con un eurodiputado más puedes hacerlo gratuitamente cualquier día de la semana.

Parque del Cincuentenario
En este barrio se encuentra uno de los monumentos más representativos de la capital: el Parque del Cincuentenario, contruido para conmemorar el 50 aniversario del nacimiento de Bélgica como nación independiente. En la actualidad acoge tres museos: el de la Historia Militar, el del Cincuentenario y el Autoworld. Como no dispones de mucho tiempo, te aconsejo que visites solo uno en función de tus gustos. Yo me decanté por el Autoworld y la verdad es que salí satisfecho. Se trata de una gigante exposición compuesta por más de 300 coches de todas las épocas, unas auténticas reliquias. La entrada cuesta 6€.

Para esta segunda jornada te propongo un picnic en el parque más importante de la ciudad: el Parque de Bruselas. Para llegar, coge el metro en la estación Merode hasta la parada de Parc. Bocadillos y bebidas para disfrutar de un almuerzo sobre el césped.

Palacio Real
Después de comer continúa la ruta por el Palacio Real, que bordea el lado sur del parque. Es una construcción neoclásica del principios del siglo XIX y funciona como sede de la monarquía belga, no como residencia real. Merece la pena visitarlo y ver algunas de sus instalaciones: despachos, salas de reuniones, aposentos, etc. La entrada es gratuita.

En el lado opuesto del parque, se encuentra el Palacio de la Nación, sede de la Cámara de los Representantes y del Senado desde el siglo XIX. Mi recomendación es que solo lo veas por fuera.

Cae la noche bruselense y comienza la fiesta. Si después de esta agotadora jornada todavía te quedan ganas de marcha, te propongo dos alternativas muy diferentes. El jazz y la música electrónica son la melodía de Bruselas. Si los ritmos del jazz son lo tuyo, te recomiendo una copa en el céntrico l´Archiduc (Rue Antoine Dansaert); si prefieres algo más cañero, sin duda tienes que ir a The Fuse, el mejor lugar para escuchar pinchar a los mejores Dj´s de música electrónica. Si ninguna de estas dos opciones te convencen, entra en esta web, donde aparecen los lugares nocturnos más visitados.

Día 3: Como agua para chocolate

Este tentador título no está por casualidad. Y es que, como bien dije antes, Bruselas es la meca del chocolate. Las pastelerías y las tiendas de este dulce mundialmente deseado abundan por la ciudad; por eso antes que comprar el típico souvenir de “Estuve en Bruselas y me acordé de ti”, te aconsejo que te lleves de recuerdo cajas y cajas de chocolate (aunque el recuerdo dure más bien poco una vez que vuelvas a España).

Mini Europa
Pero antes de perdernos por el paraíso del oro negro, te propongo la última visita turística del viaje. Es el turno del Atomium y de la Mini Europa. Para llegar, puedes coger la línea 6 del metro o la 51 del tranvía en la estación Heysel. La entrada conjunta cuesta unos 22€, pero como el tiempo escasea, si tienes que dejar uno de los dos sin ver, te recomiendo que sea el Atomium.

Uno de los lugares más curiosos de Bruselas es la Mini Europa, con 350 maquetas en miniatura de diferentes atracciones turísticas de más de 80 ciudades europeas fabricadas a escala 1/25. La entrada ronda los 13€ por adulto.


Atomium
Justo al lado se sitúa el Atomium, un verdadero símbolo de la ciudad, construido para el Exposición Universal de 1958. La escultura representa el átomo del hierro ampliado 165.000 millones de veces.

Una vez de vuelta al centro, almuerza en uno de sus decenas de restaurantes, pero no te llenes mucho porque el postre lo tomarás en el museo del chocolate, situado en la Gran Place. En la misma plaza se encuentra la mejor tienda de este manjar según los bruselenses: Godiva. En la plaza del Grand Sablon (algo más retirada) también se dice que hay grandes maestros del chocolate, una de las tiendas más impresionantes por su decoración achocolatada es la de Wittamer. Si no quieres alejarte mucho, no te preocupes, porque en la misma calle del Mainaken Pis hay tiendas para aburrir. De hecho, las de gofres son muy concurridas y están deliciosos. Los puedes acompañar de infinidad de ingredientes: frutas, chocolates, natas, helado, azúcar…

Así de pastelosos nos despedimos de la capital belga. Menos mal que dicen que el chocolate combate la depresión.


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jueves, 29 de septiembre de 2011

Guía de turismo de Liverpool

¿Te apatece viajar a una isla? No tiene nada que ver con una isla desierta, sino todo lo contrario, es la tercera más poblada del mundo. Nos referimos a Gran Bretaña, la más grande del archipiélago de las Islas Británicas.
En concreto, el avión que te invitamos a coger aterriza en un aeropuerto con nombre de Beatle. El John Lennon Internacional Airport no puede pertenecer a otra ciudad que a Liverpool, lugar de nacimiento de este exitoso músico y compositor.

Varias compañías low cost viajan a Liverpool, así que encontrar un vuelo barato será tarea fácil. La archiconocida banda inglesa de “escarabajos” y el equipo de fútbol de la ciudad han sido dos factores clave que la han catapultado a la cima, y la han hecho ocupar los primeros puestos en cuanto a destinos turísticos preferidos. En 2008, además, consiguió la Capitalidad Europea de la Cultura, un año clave para su renacimiento.

Y aunque no salimos de la Unión Europea, parece que los euros no llegan a las islas, así que cámbialos por libras antes de viajar. Te aconsejo que lo hagas en España porque una vez allí, el cambio de moneda puede salirte más caro.

Haz las maletas y echa ropa de abrigo porque esta guía de tres días pone rumbo a la verde Inglaterra.

Día 1: Across the universe

Una vez en el aeropuerto, la línea de autobuses Airlink será la que te recoja para llevarte al centro de la ciudad por dos libras.

En cuanto al dónde alojarte, la mejor zona para buscar el hotel es la zona centro, en los alrededores de la estación de ferrocarriles de Lime Street. Allí puedes encontrar alojamiento por precios que rondan los 40€ por noche. Cuando busques el hotel, ten en cuenta que las tarifas son algo más caras que en España. Inglaterra no se caracteriza por ser un país especialmente barato.


St. George Hall
El primer día lo dedicaremos a conocer la parte este. Nuestra ruta comienza en la Lime Street, una de las principales arterias de la ciudad. Justo detrás de la estación que da nombre a la calle, encontrarás uno de los edificios neoclásicos más representativos del país según el mismísimo Príncipe Carlos de Inglaterra: el St George´s Hall. Lo reconocerás rápidamente porque su estructura evoca a los antiguos templos griegos.


Catedral católica
Sin abandonar esta calle, a 15 minutos andando y bordeando la avenida Brownlow Hill, encontrarás una de las catedrales de Liverpool, la Metropolitan Catholic Cathedral. Es una infraestructura circular con una arquitectura moderna y llamativa que recuerda a un templo Maya, sobre todo por las escaleras que ascienden hacia el edificio.  En esta ciudad hay sitio para todos, por eso hay dos catedrales (la católica y la anglicana) y supongo que ese también será el motivo de que haya dos equipos de fútbol (el Everton y el Liverpool), de los que hablaremos más tarde.





Catedral anglicana

La Catedral anglicana se ubica a 10 minutos caminando, atravesando la Rodney Street. Reúne varios récords: el ser la catedral más grande del Reino Unido (y la quinta a nivel mundial), el de tener el campanario más alto del mundo, además con las campanas más pesadas y los arcos góticos más altos y anchos. No tiene nada que ver con la católica; ésta tiene más aspecto de edificio de culto y se parece más a la idea que los españoles tenemos de una Iglesia.

Si te gusta la comida china, te propongo el barrio de Chinatown para almorzar. Está a cinco minutos de la Catedral. Un gran arco de 15 metros de altura (el más grande fuera de China) te dará la bienvenida a esta zona.

Numerosas cadenas internacionales de moda y hostelería se encuentran en la los dos centros comerciales más transitados de la ciudad, el Liverpool One y el Metquarter. Así que si te apetece echar una tarde de tiendas no conozco mejor sitio que en la Lord Street, en el corazón de Liverpool.

No olvides que el horario inglés de las comidas no tiene nada que ver con el español. Por eso, intenta adelantar tu reloj biológico un par de horas para que no te encuentres los bares y los restaurantes medio cerrados. En los mismos centros comerciales podrás encontrar muchos lugares donde probar comida internacional (ya que la autóctona no es que sea muy recomendable).

Día 2: Good day sunshine

Albert Dock
El segundo día lo dedicaremos a la parte más cultural del viaje. El barrio del puerto (Albert Dock) recoge años de historia en los que Liverpool era punto de partida para las expediciones al Nuevo Mundo. En la actualidad, la vida más underground se ha abierto paso y los museos, las galerías de arte y los cafés acampan a sus anchas por la zona. En 2004, su paseo marítimo fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

Para dirigirnos a nuestra primera parada usaremos el autobús. Suponiendo que nuestro hotel esté en los alrededores de la estación de trenes de Lime Street, cogeremos la línea 136 o la 500. De todas maneras, puedes consultar todas las líneas y descargarte el mapa de la ciudad aquí.


En esta zona de la ciudad hay bastantes museos: el de Vida Cotidiana, el Marítimo, el de los Beatles y la Tate. Como no cuentas con mucho tiempo, mi consejo es que te quedes con estos dos últimos; además, ambos están ubicados en el Albert Dock. El primero te dará a conocer los orígenes de la banda, la marca distintiva de la ciudad, muy recomendable para mitómanos. Además, recientemente ha ampliado su colección con el piano de Jonh Lennon con el que interpretó algunas de sus canciones más famosas, como “Imagine”.

La Tate acoge la Colección Nacional de Arte Moderno y es considerado como la galería de arte moderno y contemporáneo más importante del país, después de Londres. El museo tiene salas de acceso gratuito y salas de pago; recorrerte el museo entero te puede salir por unas 15 libras. Mi recomendación es que las entradas las compres allí, aunque si tienes interés en ver alguna exposición en concreto, puedes comprar la entrada en la página web del museo (Tate, Beatles).

Entre museo y museo, una paradita para comer. La comida internacional está muy presente en Liverpool. La verdad es que los platos típicos de allí no es que lo recomendara a un español, que somos de buen comer. Para degustar comida británica de calidad, tienes que ir a restaurantes de más caché. Dicho esto te propongo varios sitios donde saciar tu apetito: Basto Pierre (francés), Deli Fonseca (europea), Salt House Tapas (europea), Christakis Greek Taverna (griega); todos ellos ofrecen una buena combinación calidad-precio y están ubicados en los ardedores de los museos.

The Cavern Club


Por la noche, otra dosis de rock inglés de la mano del barrio de Cavern, donde encontrarás la calle donde supuestamente comenzó la leyenda beatleriana. Si hay algo que tienes que hacer cuando visitas Liverpool es tomarte una pinta en la taberna subterránea de la calle Mathew St., The Cavern. Lo cierto es que allí dieron casi 300 conciertos, así que el pub como lugar de peregrinaje está más que justificado. Es bastante particular, con techos abovedados de ladrillo, poca luz y un escenario con música en directo. Un ambiente idóneo para pasar la noche del sábado.

Día 3: The end

La compañía de ferrys Mersey oferta paseos de 50 minutos por la bahía de la ciudad. El ticket (6,70 libras/adulto) lo puedes comprar por Internet para ahorrarte las colas en la página web de la propia empresa. Un viaje totalmente recomendable para obtener unas magníficas instantáneas de la costa y para conocer algunas curiosidades de la actividad portuaria de la ciudad.

Como dije antes, la comida inglesa, a veces deja mucho que desear; pero algunos restaurantes pueden sorprender. El Alma de Cuba, es uno de ellos. Situado en la antigua iglesia de St Peter’s Catholic Church de la calle Seel St, ofrece varios menús dignos de probar. El precio por persona ronda las 29 libras, pero merece la pena pagarlas, tanto por la atmósfera del lugar como por la calidad de los platos.

Estadio de Anfield
Por último, para poner la guinda a estos tres intensos días, te propongo que visites el mítico estadio de fútbol de Anfield. Liverpool es una ciudad con mucha tradición futbolera. De hecho, allí intentan convivir pacíficamente dos de los equipos más importantes de la liga inglesa: El Everton y el Liverpool F.C. El estado que te invito a visitar es el del Liverpool F.C, muy céntrico.  Asistir a uno de sus partidos es un verdadero espectáculo, por la pasional afición que tiene. Si en las fechas que estás en la ciudad coincide que hay un partido entre los dos equipos autóctonos, comprobarás de primera mano como una ciudad se tiñe de rojo y azul.

No hay mejor manera de despedirse de esta ciudad que con el himno del Liverpool que luce en su estadio: “…walk on, walk on, with hope in your heart and you´ll never walk alone” (camina, camina con esperanza en tu corazón y nunca caminarás solo).


Enlace de interés

martes, 13 de septiembre de 2011

Guía de Turismo de Lisboa

Vista aérea de Lisboa
Esta vez no nos vamos muy lejos. El país vecino será nuestro destino, y no nos referimos a Francia, sino al que tenemos más olvidado. Muchas veces no nos damos cuenta de que tenemos un país tan cerca sin explorar. Por eso queremos que hagas la maleta porque nos vamos a Portugal, concretamente, a la capital de los tranvías amarillos.

Además de la oferta cultural con la que cuenta Lisboa, se trata de un destino turístico apto para todo los bolsillos. Con nuestra guía de tres días te dará tiempo a recorrerte la capital e incluso te sobrará para ver algunos parajes cercanos dignos de fotografiar, de esos de los que todo el mundo se lleva una postal.

Las tarjetas de ciudad ya son bien conocidas en nuestras guías, y es que son muy prácticas por los descuentos en transportes y en las visitas a lugares de interés que ofrecen. En este caso la Lisboa Card será la que te ahorrará unos euros en tus desplazamientos (autobuses, funiculares, tranvías y metro) y en las entradas a 26 museos y edificios históricos. Te aconsejo que solo te compres si tienes pensado viajar a lugares cercanos como Sintra o Cascais, ya que el viaje a ambos puntos es gratis si la tienes. Si no, a lo mejor los 28,70€ que vale (para dos días) quizá no los amortices.

Los barrios más importantes y característicos de Lisboa son el Barrio Alto La Baixa, El Chiado, La Alfama y Belem. En la zona más nueva encontrarás la Plaza del Marqués de Pombal y la zona del Parque de las Naciones, construidas para la Expo de 1998. Te doy tres días para verlos todos.

Día 1: Baixa va de plazas

El aeropuerto de Lisboa está a solo siete kilómetros del centro de la ciudad. Para llegar, tendrás que coger el autobús, que pasa con una frecuencia media de 20 minutos. El precio del billete es de 1.40€.

Como siempre, a la hora de decidir dónde alojarnos nos guiaremos principalmente por la ubicación del hotel, a ser posible en un barrio céntrico para evitar tener que estar constantemente caminando o cogiendo el transporte público, como el barrio alto, la baixa o el de Alfama y Castillo. En una de mis visitas me hospedé en el Lisbon Calling, un hostal con una situación excepcional y muy bien cuidado, perfecto si viajáis en grupo. Pero si busquéis algo más de caché a muy buen precio mi consejo es que os quedéis en el Living Lounge Hostel.


Plaza de los Restauradores
Una vez en el hotel, comenzaremos la ruta del día 1. Algo light para que reserves fuerzas para el día siguiente. Te propongo un tour por algunas de las plazas más importantes de Lisboa, todas ellas ubicadas en el barrio de la Baixa, el más céntrico y turístico de la ciudad. La triada que forma la Plaza de los Restauradores, la del Marqués de Pombal y la Plaza del Rossio serán las primeras que visitemos. En la primera encontrarás un gran obelisco reina en la plaza que conmemora la independencia de Portugal del dominio español en 1640. Los edificios que la rodean tampoco tienen desperdicio. El que más me llamó la atención fue el hotel Vip Eden, ubicado donde antiguamente se situaba el Eden Cinema. La fachada restaurada es majestuosa; muy bonita de ver por fuera, pero si hablamos de pasar una noche en una de sus habitaciones, solo unos pocos privilegiados se lo podrán permitir.



Plaza del Marqués de Pombal
 De la Plaza de los Restauradores parte la avenida más importante de Lisboa, La avenida da Liberdade. Es la puerta a la zona más nueva de la ciudad y se dice que está inspirada en los famosos Campos Elíseos parisinos (aunque con un estilo menos lujoso). Grandes marcas de moda y firmas internacionales están presentes en la avenida. La plaza del Marqués de Pombal pone fin a esta zona comercial de alto standing. Un obelisco erigido en el centro de la plaza representa al citado marqués, uno de las figuras políticas más déspotas y e influyentes en la historia de Portugal. Para visitar el monumento existen varios pasos subterráneos que te librarán de una muerte segura por atropello y desde los que podrás acceder al parque de Eduardo VII, el más extenso de Lisboa (25 hectáreas). Te recomiendo que pasees por sus jardines, desde donde podrás disfrutar de unas magníficas vistas en las que el río marca el horizonte.


Plaza del Rossio
Desde la plaza del Marqués de Pombal coge el tranvía o el metro (línea verde), que te llevará hasta la Plaza del Rossio. Representa el centro neurálgico de la ciudad y por lo tanto es una zona ideal para deleitarse con un menú portugués. Algunos de los edificios emblemáticos allí situados son el Teatro Nacional Doña María construido a finales del siglo XIX y la fachada del café más famoso de la capital portuguesa, el Café Nicola. Cobran el café casi a precio de oro pero merece la pena tomarse aunque sea solo uno.


Plaza del Comercio
Por último, si desciendes por la calle Augusta te encontrarás con la plaza más relevante de la capital, la Plaza del Comercio, donde daremos por terminada nuestra primera jornada. Es conocida tradicionalmente como la “puerta a Lisboa”. En esta plaza hay dos puntos de especial interés: el arco triufal de Rua Augusta y la estatua ecuestre de José I. Cerca de la plaza, en la orilla del río, está la estación fluvial Cais de Sodré, de donde parten las excursiones por el Tajo.

Las ocho de la tarde es la mejor hora para cenar ya que algunos restaurantes cierran bastante pronto si los comparamos con los españoles. Algunas opciones son el restaurante Buenos Aires, Velho Macedo o el  Floresta das Escadinhas… todos ellos recomendables para probar la comida más tradicional a un precio asequible.

Día 2: Alfama, que no Alhambra

Por la mañana recorreremos el tradicional barrio de Alfama, el más antiguo de Lisboa, hogar de pescadores de callejuelas estrechas que resume la parte más auténtica del espíritu lisbonés. Carga poco tu mochila porque las calles empinadas protagonizan la estampa de la zona. De todas maneras, miradores como el de Santa Lucía, servirán a la vez de lugar de descanso y de balcón a la ciudad. Pero si las cuestas no son lo tuyo, siempre te quedará la opción de coger el tranvía 28, que te dejará en la parte alta.

Castillo de San Jorge
Los dos principales puntos de interés de este barrio son: el Castillo de San Jorge y la Catedral.  Desde hace casi ocho siglos, el Castillo de San Jorge reina la ciudad. Desde la colina sobra la que se levanta se pueden disfrutar de las mejores vistas de Lisboa. Aparte de no perderte las vistas, te recomiendo que tampoco dejes de pasear por sus jardines, recorrer las murallas e incluso visitar algunas de las exposiciones que se muestran en su interior. Si tienes la Lisboa Card, tendrás un descuento del 30% en la entrada, si no, la tarifa general es de 5€.


Catedral de Sé
La siguiente parada será la Catedral de Sé, una de las más antiguas de Europa, con nuevos siglos a las espaldas, por lo que están presentes varios estilos arquitectónicos. La entrada es gratuita.

Para comer, volveremos al centro, a la zona de la Baixa; allí la oferta de restaurantes es mucho mayor. En general, la comida más típica se puede comparar con los potajes españoles. Sin embargo, una de las delicicias que no defraudará a nadie será la cataplana de mariscos, una caldereta de mariscos cocinas a la cazuela.


Elevador de Santa Justa
Reservaremos la tarde de la segunda jornada para visitar el Barrio Alto y Chiado, la zona más bohemia y alternativa de la capital portuguesa, también conocido como el Montmatre de Lisboa, el barrio más pintoresco e intelectual de París. Es la mejor zona para escuchar la melodía más tradicional, el fado. Para llegar, mi consejo es que cojáis el tranvía 28 o el elevador de Santa Justa, medio de transporte tradicional a la par que atracción turística. De 45 metros de altura, su estructura puede recordar a la parisina Torre Eiffel. Como verás, los vecinos portugueses tomaron muchas ideas de la capital francesa. Desde el Mirador de Sao Pedro de Alcántara podrás contemplar espléndidas vistas de la zona baja de la ciudad, el Tajo y la colina del Castillo de San Jorge.

No os podéis ir de este barrio sin entrar a una de sus cafeterías. Mi recomendación: el café A Brasileira, una auténtica institución en el sector de cafés literarios y antiguo punto de encuentro de tertulianos, poetas y escritores. En su interior conserva la decoración original de 1900. Te recomiendo que pidas los famosos pasteles de Belém, riquísimos.

Este barrio también acoge infinidad de bares y restaurantes con cierto toque moderno en los que podrás seguir degustando los platos autóctonos.

La noche llega cuando el sol se esconde detrás del Tajo. Es entonces cuando la Lisboa más espontánea despierta para ofrecernos la cara B de la ciudad, con “f” de fiesta. Lo más característico de la noche lisbonense en Barrio Alto es que al ser los bares tan pequeños, la gente acaba saliéndose a las callejuelas a beber. Si preferís un ambiente más discotequero os propongo que vayáis por la zona de Docas. Otras también conocidas son la Lux, la Plateaux y la Kapital.


Día 3: A Belém pastores

Cientos de embarcaciones han partido de este barrio en busca de tierras por conquistar. El tranvía 15 es la forma más rápida de llegar pero hay otra opción mucho más interesante: en barco (lo puedes coger en la estación fluvial Cais Do Sodré).

En esta zona se encuentra el Museo del Carruaje, al que podrás entrar gratis si tienes la tarjeta Lisbon Card. La entrada a otros lugares de interés como el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém será gratuita presentando esta tarjeta, si no, el precio del bono de ambos monumentos será de 8€.


Torre de Belém
La primera joya que te aconsejo que visites es la Torre de Belém, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en los años 80. La torre se sitúa en la desembocadura del río Tajo e inicialmente sirvió para la defensa de la ciudad y con el paso del tiempo se convirtió en centro aduanero y faro. 

Monasterio de los Jerónimos

A pocos minutos caminando, encontrarás el Monasterio de los Jerónimos, también declarado Patrimonio de la Humanidad en el mismo año. Una imponente construcción del siglo XVI que refleja una de las épocas de esplendor de la capital portuguesa. Visita obligada.

Terminamos la visita a este barrio con el Monumento a los Descubrimientos, una obra de 52 metros de altura levantada en los años 60 para conmemorar el quinientos aniversario de uno de los más reconocidos descubridores de Portugal, el infante Henrique el Navegante, descubridor de Madeira, Las Azores y Cabo Verde. Subir a la parte de arriba del monumento te costará unos 2€ aproximadamente; a cambio podrás divisar el barrio de Belém con todo lujo de detalle.


Puente Vasco de Gama
Nos despediremos de esta ciudad haciendo una última parada en el barrio más nuevo, levantado con motivo de la Expo del 98: el Parque de las Naciones. Destaco el Oceanario (el segundo acuario más grande de Europa), la torre Vasco de Gama (inmejorable mirador) y el puente más largo de Europa con 18 km. de longitud, el Vasco de Gama.

En este barrio podrás encontrar un toque español, ya que el arquitecto Santiago Calatrava construyó la moderna Estación de Oriente allí presente.

Si os queda tiempo, una buena opción para tomar una última panorámica es montarse en el teleférico que sobrevuela el barrio, todo un lujo.

Y con estos últimos apuntes damos por terminada esta “triguía”. Esperamos que a partir de ahora mires hacia Portugal de otra forma.


Enlaces de interés:

Página oficial de turismo de Lisboa
Mapa de medios de transporte
Mapa de Lisboa
Lisboa Card